Corrompiendo tu alma negra

Capítulo 4: Elección

Valerie suspiró, aquel Dumbledore iba a ser bastante difícil de convencer, sin embargo la idea de la copa no le pareció mala, después de todo así no levantaría sospechas al tener que disimular que comía como el resto de los alumnos.

Sus recuerdos se vieron interrumpidos cuando un pequeño mago, de pelo negro y ojos celestes la miró atentamente para preguntarle - ¿Eres una alumna nueva o una profesora? 

Ella levantó una ceja - ¿Tú que crees enano? – pero antes de que el niño pudiera responder las puertas del comedor se abrieron y una profesora llevó a los pequeños alumnos hacia el centro del comedor. Valerie se quedó atrás sola mientras las puertas se cerraron y dejó salir un largo suspiro.

Tener que esperar a que la llamaran era algo que ponía en juego su paciencia, pero con tantos años en su espalda esperó sin quejarse. 

Tras varios minutos en que la selección se llevó a cabo, la vampira escuchó la voz del director Dippet que dijo con energía – ¡Bienvenidos nuevos y antiguos alumnos, hoy es un día especial! ¡Como gran excepción a esta escuela se integra a nosotros una alumna mayor que debido a la guerra tuvo que escapar de su país natal! ¡Espero que sean cordiales con ella, por lo que le damos la bienvenida a Valerie Deanoff!

Valerie no esperó a que las puertas se abrieran sino que las empujó fuertemente y se adentró en el comedor. Caminó elegantemente y con el rostro inexpresivo hacia el centro. Varios fueron los comentarios que comenzaron a surgir a medida que ella avanzaba, a nadie le paso por alto sus  sus atractivas facciones mientras, que de manera distinguida, se desplazaba por el comedor dejando un dejo de fiereza a su paso.

La vampira miró al director que le sonreía como loco y se le indicó que se sentara en una pequeña silla para dar inicio a su selección. Ella suspiró y tomó asiento mientras le ponían el sombrero seleccionador en la cabeza.

- Vaya, vaya... que mente más interesante tenemos por aquí. Querida mía eres un privilegio para este viejo sombrero. ¿Veamos donde te pondré? – le susurró el arrugado sombrero apenas estuvo sobre su cabeza.

Ella miró el comedor sin decir nada, ninguna de las casas le llamaba la atención en absoluto, jamás había entendido cual era la idea de separar a los alumnos por el resto de su etapa escolar. Los Gryffindor le daban risa por su intento de valentía, los Hufflepuff eran demasiado buenos para ella, Slytherin eran meras serpientes que se arrastraban según su propia conveniencia y finalmente estaban los Ravenclaw, aquellos "cerebrillos" que se creían superiores en inteligencia que los demás.

El sombrero seleccionador comenzó a reír - ¿Así que crees que ninguna casa es digna de ti? Me dejas la elección difícil, pero sé que tienes un peso muy grande por tu pasado y eso definitivamente ha marcado tu forma de ser...

Valerie tensó el cuerpo molesta por esas palabras cuando el sombrero gritó con fuerza - ¡SLYTHERIN! - La mesa de las serpientes aplaudió con energía para recibir a su nueva adquisición.

Valerie se puso de pie y sintió la dura mirada de Dumbledore sobre su cuerpo, la seriedad en su rostro no presagiaba nada bueno. Resopló frustrada, ahora tener la confianza de su viejo amigo iba a ser más difícil, pero sin mostrar emoción alguna se encaminó a su nueva mesa. Si lo pensaba mejor, estar en slytherin le otorgó el beneficio de poder acercarse al futuro mago oscuro de manera un poco más fácil.

Ante un rápido análisis de la mesa de las serpientes se percató de la presencia de Riddle, sin embargo decidió no mirarlo, aun así, logró captar quienes eran las personas que rodeaban al futuro mago oscuro los que asumió eran sus perros falderos, todos ellos le sonrieron falsamente para que tomara asiento a su lado.