Capítulo 34 - 12 CHICOS LOBOS

Start from the beginning
                                    

Se dio cuenta que Simón hizo una pequeña mueca cuando dijo aquello. Sabía que al chico le molestaba la poca importancia que Erika le dedicaba a su propia muerte, pero solo estaba siendo realista.

- Aún falta mucho para eso. Pueden pasar muchas cosas, quizá incluso que Micaél y Chris cambien de parecer... no lo sabes y andas por ahí cometiendo estupideces.

- Quizá cambien de opinión, pero quizá no lo hagan, y lo sabes. – sentenció – No puedo quedarme a ver si un día despiertan de humor para morderme, causo muchos problemas. ¿Quién te asegura que no me podría topar a Nick un día de estos si me quedo? ¿piensas que me quedaré de brazos cruzados viendo como lo matas?

- ¿Por qué te importa tanto si mato a ese imbécil o no? – la fulminó frustrado – El bosque ni siquiera notaria su ausencia, mucho menos el mundo.

- Pero yo sí lo haría. Lo haría porque me importa, y me importa porque es MI amigo.

- No. Yo soy tu "amigo", – ladeó la cabeza sonriendo, haciendo comillas en el aire – él es otra cosa... una especie de amante, quizá.

- ¿Amante? ¿El que le haya dado un beso lo convierte en mi amante? – comenzaba a frustrarse.

Si haber besado a Nick lo convertía instantáneamente en su amante, significaba que Baco y Kaiser eran sus amantes por igual, pensó burlesca. Estuvo a punto de gritarle aquel argumento en su cara, pero su dignidad la detuvo.

- Es tu amante porque ibas a irte con él solamente por tu egoísmo e interés, no porque le quieras... - susurró Simón.

- ¿Por qué piensas eso? ¿Cómo puedes decir tan seguro que no lo quiero? – aquel comentario le había dolido más de lo que estaba dispuesta a admitir.

- Lo creas o no, sé reconocer el amor cuando lo veo con mis propios ojos, y lo que vi entre Nick y tú, - sonrió, entrecerrando los ojos – ni siquiera se acerca.

Después de decir aquello, Simón volvió a dirigir la vista a sus desgastados zapatos, mientras se reía por lo bajo. Su actitud y comentarios lacerantes le estaban hiriendo demasiado, era como hablar con una persona completamente diferente.

- Vete.

- ¿Qué? – preguntó confundido.

- Simón, vete y déjame sola.

El chico la miró frunciendo el ceño, luego hizo una mueca de disgusto y se levantó. Se dirigió a la salida, y sin mirar atrás o detenerse le dijo a Erika:

- Y por si no está muy claro, no te presto ninguno de mis rompecabezas.

***

- No esperarás que me trague eso, ¿verdad?

- Es lo que pasó.

- Basta, Baby Doll. – sonrió con complicidad – Sabes que puedes decirle al buen Kaiser la verdad, juro que no le diré a nadie.

- Te lo he dicho como cinco veces; Simón me estaba cargando, comenzó a correr, ¡y nos caímos!

Kaiser la miró de reojo y soltó una carcajada. Le sacudió el cabello como si fuera un perro, a lo que Erika se apartó incomoda.

- Desearía que supieras lo pésima que eres para decir mentiras. Incluso luces adorable tratando de creértelas tú misma.

- No entiendo para que quieres saber lo que pasó con tanto interés.

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now