Capitulo XIII

91 15 0
                                    

Las horas se hacían eternas aunque tenga compañía, seguía siendo un infierno. No conseguíamos dinero ni por los suelos, ahora se me devuelve la moneda; nunca ayudé a una persona de la calle, y es que era porque no sabía realmente para que usaban el dinero, hay muchos que dicen tener enfermedades y necesitan costear los medicamentos pero al final terminan en un bar con eso.

La vida me quería vivo, de eso estoy seguro. Encuentro un billete de cincuenta yuanes, lo justo para comprar aunque sea unas barras de cereales, dos o tres botellas de agua y hacer una llamada de quizá quince minutos en un teléfono público. Incluso puede que me sobre algo.

— ¿Nos salvaremos? —pregunta tímida, me encantan sus facetas.

—Este insignificante papel, nos salvará la vida, lo prometo —la abrazo—. Solo debemos buscar un supermercado para que nos den vuelto en monedas y llamaremos, avisaremos dónde estamos y lo que sucedió con el resto de la gente.

El alivio que sentía en mi interior era inexplicable. Sentía que mi debilidad ya era demasiada, aunque sea, tendré energías gracias al billete. Espero que a la persona que se le haya caído no le hiciera falta. Sería terrible que fuera alguien que gana lo justo y necesario.

—Ojalá esto nos sirviera para dormir cómodos, pero es lo que hay y ya hemos sobrevivido durmiendo en asfalto muertos de frío por la noche —la atraje hacia mi—. ¿Lista para terminar este infierno de varios días?

—Lista —prácticamente se lanzó encima mío para brindarme la calidez de sus labios—. Gracias por todo.

Me quedé callado. Seguimos caminando abrazados. Entramos al primer supermercado que encontramos. Por su cara al ver los productos, supe que la comida China no era su favorita pero ella sabe que es lo que ahí y tenemos que conformarnos con eso.

Eché varias cosas al carro mientras veía los precios, calculé más o menos lo que necesitábamos para la llamada y nos alcanzaron muchas más cosas de lo que pensé.

El lugar estaba vacío, así que pagué rápido y salimos de allí.

Sentí el momento cuando nos comenzaron a seguir. Maldecí en mi interior, ellos nos habían encontrado nuevamente. Sino fuera porque la seguridad aquí es alta, ya no estaríamos vivos. De seguro cuando nos atrapen van a apuntarnos con un arma en la espalda intentando pasar disimulados.

—Corre —le susurré a Ale aumentando mi paso—. Tal vez debamos separarnos, no tuve tiempo para pensar en esto, así que solo corre. Si te sigo anda por allá, tú lo haces.

Ahora corrimos como si encontráramos una escapatoria. Le entregué algunas monedas a Alessia por si despistaba a los tipos y encontraba un teléfono público, yo igual me quedé con un par de ellas.

La adrenalina recorrió mi cuerpo en el momento que los sentía cerca. Apresuré lo más que pude, de algo deben haber servido las clases de atletismo en la secundaria.

— ¡Por allá! —Grité, nos escucharon y yo me fui por el otro lado. Seguramente les importaba más ella, pero si uno de los dos lograba librarse, podríamos estar a salvo en un par de horas.

China palace. ©حيث تعيش القصص. اكتشف الآن