Problemas (Parte I)

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— ¿Qué quiere decir con eso? –Fruncí el ceño.

— Prepararé el yate –Dijo ignorando mi pregunta y retirándose.

Ya me había cambiado ahora estaba en camino al yate.

— Ro ¿Qué paso? –Me pregunto Liz en el momento que nos estábamos montando –La estaba pasando divino.

— No lo sé –Le conteste con toda sinceridad. Analizando cada parte del lugar esperando verlo, pero no estaba.

El camino fue en silencio, Liz se encargaba de tirar fotos de ellas mientras yo solo me quedaba pensativa ¿A caso un nuevo cargamento? No me había dado cuenta cuánto duro el viaje, iba todo el camino durmiendo y cuando llegue a mi cada ayude a Liz a empacar, ya mañana volvería a su país, a iba a extrañar mucho, a pesar de todo yo amaba mucho a ella. Hablamos muy poco debido a que las dos estábamos muy cansada.

Al día siguiente la acompañe hacia el aeropuerto.

— Me le das saludo al papi chulo –Dijo ella guiñándome un ojo y yo rodé los ojos –Me encanto los pocos días que compartir contigo.

— Me alegra saberlo.

— Enserio Rosalinda, no deje perder a ese hombre –Me dijo en un tono más seria.

Lo que ella no sabía que ese hombre desde el principio estaba perdido.

Asentí con la cabeza, no me iba a entrar en una discusión con ella y tampoco le iba a decir las razones por la cual yo estaba con él ¿Qué iba a pensar? Que su prima querida era una zorra, aunque siendo sincera, no sé si sigo haciendo esto por el trabajo o por él.

— Nos vemos pronto –Le dije dándole un beso en la mejilla.

— Espero que venga a visitarnos en navidad.

— Claro que sí.

— Y trae contigo al papi chulo –Sonrió –Y que traiga a un amigo de él.

Rodé los ojos, esta niña nunca cambiaba.

— Buen viaje.

— Te quiero –Dijo dándome un abrazo fuerte que yo correspondí y luego se fue.

Me iba a hacer mucha falta esa prima loca que yo tenía. Me fui a mi casa y todo volvió hacer la misma rutina. Ya había pasado una semana desde que Liz se había ido y también una semana desde que Perro no se ha comunicado conmigo, nada, ni un mensaje, solo desapareció ¿Qué habría pasado? me preocupe mucho y eso era lo que más yo lamentaba. En el trabajo todo seguía igual, lo cual cada día que pasaba me ponía más depresiva.

En la semana solo un día pude salir con mis amigos pero ya a la hora todos se marcharon porque tenían compromiso que realizar; cuando llegue a casa tome un baño lo necesitaba, me relaje en la bañera intentado dejar toda preocupación de la lado y pensar en las soluciones que tenía.

Tengo que reaccionar rápido antes de que esa rubia me quite mi puesto en el trabajo; y tengo que reaccionar rápido sino quiero caer completamente enamorada de Perro ¿O es que ya sea muy tarde? Cada vez que pensaba en eso me sentía muy furiosa conmigo por lo que estaba sintiendo por él ¿Y si no lograba lo que quería desde el principio? Ni hablar, eso lo tenía que conseguir aunque sea lo último que haga.

Escuche como a puerta de mi casa fue abierta, me alarme al principio pero luego una sonrisa estúpida se formó en mis labios, Perro había vuelto. Salí de la bañera y me puse una toalla alrededor de mi cuerpo, abrí la puerta de mi habitación para reunirme con él, pero antes de llegar a la sala, las voces de dos hombres hicieron que mi corazón comenzaron a latir a gran velocidad.

No era Perro.

Me quede mirándolo por el espejo, no eran policía y tenían armas y tatuaje en todo su cuerpo.

¡Me iban a matar!

— Hay que encontrarla –En el momento que uno de los hombres dijo eso, me apresure a mi habitación y tranque la puerta; lo cual escuche paso atrás de mí, aunque estaba segura que no se habían dado cuenta de que yo estaba en la sala.

Comencé a buscar una manera de escapar y la única que tenía era la ventana, no podía ser cierto. Asustada la abrí y mire la altura en la que estaba lo cual no me ayudaba para nada; el edificio tenia barandilla que al menos con eso me podía sostener hasta llegar a la escalera trasera del apartamento.

Esto me pasaba por esta metida en problema. Comencé a rezar en mi mente, por si al final de día acababa muerta; Salí por la ventana y con los ojos cerrados comencé a caminar hacia la escalera intentando por todo los medios no caerme, sentía la brisa que me golpeaba haciendo que las lágrimas comenzaran a brotar del miedo que sentía en estos momentos.

Tal vez el Perro se enteró y habían mandado a que me matara, por eso era que no había venido esa semana, porque se había enterado.

Cuando por fin llegue a las escaleras, escuche unos disparos a lo que uno cayó muy cerca de mí haciendo que me asustara e hiciera que bajara más rápido en medio de gritos; hubo muchos disparos lo cual no sabía con exactitud pero lo que si sabía era que uno de esos tiros me había dado. Cuando por fin llego abajo comienzo a correr sin ninguna dirección y casi quedándome sin fuerza.

El dolor en mi cuerpo cada vez se hacía más grande y el miedo me impedía saber de dónde provenía.

Cuando llegue a la calle, había un carro negro que luego del hombre del copiloto verme, salió a toda prisa a apuntarme con un arma. Y comencé a ver mi vida pasar en cámara lenta, esto me pasa por estar jugando con fuego. Pero antes de que él hiciera algo, se acercó un carro blanco deportivo, bajo el vidrio a gran velocidad para después matar con varios tiros al hombre que me estaba apuntando.

Grite por haber presenciado eso, era más fácil cuando veía esto en película y no en vida real, mi miedo comenzó a crecer cuando vi a los dos hombres que estaban en mi casa acercándose hacia mí; el carro blanco se paró cerca de mí y luego pude notar quien había sido culpable de matar al hombre que me apuntaba a mi...

Perro.

— Entra –Me ordeno y sin chitar lo hice.

Le dio al acelerador hasta más no poder para luego desaparecer del lugar ¿Y ahora qué? ¿En qué mierda me había metido?

PERROWo Geschichten leben. Entdecke jetzt