12. El sueño más hermoso. Parte II

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Lily se sonrojó de pies a cabeza por la adulación, mientras Marlene a su lado, repasaba que las espinas de rosas no hubieran arruinado su manicura.

- Gracias profesor Slughorn.

- No hay nada que agradecer, cuando algo está perfecto, está perfecto. ¿Alguien se anima a oler la amortentia de Evans? – paseó la mirada por el aula, buscando a un candidato -. ¿Grimm, por ejemplo?

La sorpresa se dibujó en sus ojos, pero terminó por levantarse y acercarse a la mesa de Lily. Ahora tenía a toda la clase pendiente de ella.

- Acércate querida, dinos qué hueles tú.

Cruzó miradas con Lily, para no mirar a Sirius, antes de acercar su rostro al caldero e inspirar cautelosa.

- Huele a tierra recién mojada por la lluvia... - reconoció el olor de la madriguera, un olor peculiar que mezclaba comida recién hecha con la madera de las paredes y el olor particular de una casa llena de gente – y... nostalgia, supongo.

- ¿Nostalgia? ¿A qué huele eso? – preguntó curioso Slughorn. Avril se encogió de hombros y por una vez, el hombre no insistió -. Bueno, ¿algo más?

Inspiró una última vez.

Sirius.

Su olor le invadió las fosas nasales e inconscientemente su mirada fue directa a él. Debió ser bastante evidente, porque varios alumnos siguieron la línea imaginaria que sus ojos trazaron.

- No, nada – se apresuró a decir, aunque ya fuera tarde.

Corrió a sentarse en su asiento, procurando solo mirar al suelo.

- Avril – escuchó llamarla en un susurro.

- Déjame.

...

..

.

James liberó al equipo de Quidditch de su entrenamiento cuando se sintió satisfecho e hizo una pirueta aterrizando en las gradas junto a su única espectadora del día. Avril. A veces hacía eso. Ir a verlo entrenar. Unas veces acompañada y otras sola, como ese día.

Y normalmente James Potter llegaría, diría alguna tontería y se embarcarían en alguna discusión sin sentido, acompañándose el uno al otro hasta el castillo.

Pero ese día James no hizo nada de eso. Bajó de la escoba con gracia y elegancia, hizo una pomposa reverencia y se sentó junto a ella con las piernas estiradas y mirándose las manos.

Estaba claro. Algo se avecinaba.

Avril miró el cielo encapotado, al borde de empezar a caer un aguacero. Sin duda ahora veía que tendría que haber ido a ver a Hagrid en vez de los entrenamientos.

- Me pregunto... me pregunto si no estoy perdiendo el tiempo.

- Dado que esas son tus primeras palabras, no puedo saber a qué te refieres.

- Lily.

- Cómo no – respondió sonriendo débilmente -. Es raro que dudes.

- Cualquier tipo listo habría dudado mucho tiempo atrás.

- Pero tú no eres un tipo listo James – se preguntó cómo era que siempre terminaba haciendo aquello, animando y aconsejando a sus amigos, cuando no era capaz de levantar cabeza ella sola. "Los años Avril, ya estás muy vieja", se dijo a sí misma en broma -. Tú eres la personificación de un Gryffindor de pies a cabeza. Eres valiente, testarudo, cabezota y tenaz hasta lo imposible.

Recuerdos Pasados (Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora