CORRE

Capitulo uno: ruptura

No se si todo lo sucedido debía ocurrir, llevo ya un par de días encerrado, no me gusta recordar pero he terminado aquí; fue tan extraño...

Me siento agotado,sin esperanza, ¿ cambiará algo mañana?.

Un año antes.

Pronto saldré a vacacionar, el colegio siempre cansa a los maestros y estudiantes ¿verdad?; Hoy en clase observé a un alumno muy temeroso y ajeno al grupo.

Mientras tanto me he puesto a pensar ¿cómo me convertí en maestro?, yo el que nunca socializó ¿sirvo para esto?.

Bueno tal vez no debo preocuparme por ello.

Hoy es nueve de Agosto de 1996 (jamás olvidaré esa fecha); un muchacho del salón simplemente se ha levantado y sin previo aviso a golpeado brutalmente a su compañero, en cuestión de segundos la lucha era con armas blancas; no se ha tenido ni siquiera un segundo para reaccionar,estaba paralizado al ver frente a mi la gota roja.

Tal vez la existencia humana es infravalorada... 

Aquella escuela está loca, inclusive un docente se abalanzó sobre mi y me ha clavado un esfero, ¡UN ESFERO!, no existe cordura, ni piedad, de no haber estado mi primo el cual estudia allí de seguro mis heridas fueran mayores.

 Ya es dieciocho de Agosto de 1996 y cada día es mas extraño que el anterior, cada vez mas riñas y enfrentamientos, todos luchan por el dominio de la escuela, al menos así lo veo.

Tal vez por suerte o cobardía dejé de trabajar, yo no quería morir aun y a cada minuto me sentía como un perro viejo en una jaula de leones y animales salvajes.

¿qué ha sido eso?. ¡RAAARGH!. ¡Están aquí!, no tengo tiempo que perder en memorias.

He corrido bastante, estar en casa no es seguro y las calles son tan inseguras, que salir sería un suicidio... Las paredes y el suelo teñidos de rojo y la patria alzada en huesos.

Ni en películas había visto algo así...

Ni me había sentido así...

Se agotan los lugares para refugiarse.

Día 01 de Marzo de 1997

La presente si alguien llegara a leerla,es para narrar lo que ha sucedido en Colombia desde hace unos meses, mi nombre es Jhon Cardona fui docente cuando el país estaba "normal", no tengo explicaciones para esto. Pero he de admitirlo, por supervivencia me he saciado de un rojo vivo.

Todo empezó cuando la escuela colapsó a causa de unos estudiantes malevos, corrí, corrí buscando salvar mi vida...pero me he sorprendido, nadie mas escapaba...No  puedo escribir tranquilo con estos recuerdos; pero ver a jóvenes,niños y adultos matándose como si de bestias se tratara, devoradores de carne muerta, al día de hoy no lo puedo asimilar.

Todos los infectados dan caza a lo que se mueva, y las victimas se mueven en la podredumbre de su cuerpo muerto.

Realmente no se a donde pertenezco y menos con un país así.

Continuando con mi relato...pude escapar de la escuela justo en el día en que iba a renunciar, pero afuera de ella no era tan seguro como podía creerlo, al subir al transporte masivo, ese que he tomado todos los días y que su símbolo amarillo con las letras transmilenario solo me daban monotonía, hoy era para mi la distracción perfecta ante todo lo que había evidenciado; me encontraba agitado y rogaba que todo lo acontecido en la escuela no fuera mas que un sueño.

Después de un par de minutos el olor fétido perforaba mi pecho, había un hombre en mal estado que se levantaba y se acercaba como si de vender un producto fuera,algo muy típico del transporte masivo;sin previo aviso ha mordido al hombre situado a mi derecha.

La sangre brotaba como si fuese una fuente y los restos de órganos caían por doquier, en aquel momento como pude abrí la puerta y escape...

La memoria de todos los pasajeros se habían vuelto el rastro de sus heridas llenas de pus y grasa...

En un principio pensé en ingresar a un sitio poblado en búsqueda de ayuda, pensaba en el centro, en la zona comercial, pero antes de llegar se podía observar mis miedos, todo el lugar se encontraba en desastre, solo era una plaga de carroñeros demostrando entre si. 

Me encontraba quieto, con los ojos abiertos, con la respiración en pausa, temblando, pálido y rogando por que ignorasen mi presencia.

Un ojo colgante me observaba el miedo y el rugido de su hambre era la evidencia de que estaba descubierto...

En un movimiento fortuito, me encontraba corriendo, perseguido por la avaricia de sangre transformada en población; entonces me escondí en un parqueadero mientras rezaba al señor de los milagros por mi vida -me perdía en la desesperación-.

Pero luego entré en razón, en momentos así no existen milagros, solo existen las ganas de sobreviví.

Me llené de valor en aquel momento y con el puño intenté romper la ventana de un coche, pero lo único conseguido fue activar la alarma; en instantes, me encontraba rodeado de esas criaturas, apenas si mis manos me protegían, buscaba un escape...Pero todo era negativo o eso pensaba hasta encontrar mis llaves en el bolsillo.

Como pude las arrojé con fuerza contra un auto con la fe de activar la alarma y ganar tiempo con el ruido ...Sin embargo fue en vano, ellos solo se acercaban mas y mas.

Al escuchar el himno nacional a las seis, cerraba los ojos resignado aceptando mi destino.

Al abrirlos, estos seres se alejaban como si escuadrones del ejercito los poseyera, sin entender mucho y malherido, tomé las llaves y con uno de los ladrillos sueltos por la ira del pueblo, con estos dos en mis manos logré romper la ventana del auto y escapar.

Aun recuerdo el dolor de chocar y perderme en el humo del vehículo hasta la inconsciencia; debían ser las nueve y media cuando sucedió. Duré  un par de horas a la intemperie, ya que al despertar el resfriado dominaba mi cuerpo - era tan extraño el clima-

Llovía bastante, por lo cual como pude decidí buscar refugio, y por fin lo noté... Mi pierna estaba atrapada y mi tobillo totalmente destrozado, lloré bastante en aquel momento, pero no por lo sucedido, ni por el accidente, lloré al saber mi inutilidad en momentos así.

A pesar del riesgo grité, grité  con todas mis fuerzas pidiendo ayuda...Pero ni un alma humana, tampoco las bestias se veían.