Séptimo reto + Nueva persona retada + INFORMACIÓN RELEVANTE.

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Séptimo reto escrito por: NinaKudell

Título: Colores mortales.

Género: Suspense/Misterio.

La brocha calaba en la pared como quien acariciaba el torso desnudo de una mujer en pleno éxtasis. Ludo estaba condensado entre el verde pastel y el azul que escurría por sobre ésta. Tal era su fascinación que las horas pasaban desconociendo el alba como el ocaso del día. Sus manos parecían tentáculos entre el maniobrar del pincel y sus dedos que rozaban la pintura. Su exasperación era máxima al intentar de compenetrar dichos colores, y aun así era imposible que ambos hablaran.

Cada pigmento era mudo. Sí, mudo. Éstos ya no transmitían y menos le comunicaban. Buscó el blanco y cogió el color con su mano estrellando entre los tintes ya estampados la lechosa tintura sin obtener mayor satisfacción.

Comenzó a sudar y a agitarse. Esta vez pasaría sus manos tiznadas sobre su tronco esparciendo con brusquedad hasta rasgarse el pecho con sus uñas.

La desesperación se había hecho presente y él era la presa alcanzada. Una que desataría la más desquiciada como impensada genialidad.

Ludo, un pintor, un creador innato y cuentista autónomo y por sobre todo sobresaliente, sentía que perdía toda gracia como originalidad al momento de plasmar lo que alguna vez enamoró a cientos de coleccionistas como a artistas que se vanagloriaban entre brindis y exposiciones de arte alguna adquisición de tan reputado paisajista.

La pérdida de gracia más el abandono de su mujer, crearían a una bestia tornasol sin necesidad de ahondar en el tono más bruno de un pincel.

Llevaba más de tres semanas encerrado bajo concentración y determinación. Analizando y profetizando su más significativa obra de arte. Haría algo que sobrepasaría a los más prestigiados pintores y hasta incluso escultores.

En su cabeza él era el mejor, el más prometedor, por lo que su crisis creativa estaba fuera de lugar.

Pero ella, ella no se apartaba de sus pensamientos, ocasionando conmoción y apartando toda concentración. Gritó, arañó sobre la pared para luego cabecearse sobre ésta.

« ¡Maldita Isabella! »

« ¡Yo que te inmortalicé en lienzos inmaculados y óleos amorosos! « ¡Bajo tu unto y savia me devolverás la agudeza! ».

Reía como loco, pero las lágrimas se apoderaban de él de improviso. Las imágenes de él y de Isabella amándose al son de un lastimero jazz y sonetos susurrados al oído, desatarían la locura y el tormento en una gran decisión.

Las horas pasaron como le calmaron. Pero esa quietud sería solo para llegar a su cometido. Necesitaba vida, requería brillo; aquella pintura plasmada obtendría el más puro y bello color.

Se tomaba de la cabeza y estallaba en cólera y la risa fulminante le atacaría gritando el nombre de su amada; ¡Isabella! ¡Isabella!

Con rapidez cogió su abrigo y su sombrero. A pesar de la lluvia que caía con insistencia no le impidió su intención.

Corrió entre un pasar de desconocidos y taxis llenos, con la mirada fija y la sonrisa dibujada en su máxima expresión.

Pasaron las horas y la lluvia había dejado de caer. Se sentía desfallecer. Luego de su reclamación caminó a paso lento hacia su galpón. Temía que una sola gota se derramara. El elixir completo en un frasco sería su eslabón para su pronta obra maestra.

Rétame si te atreves. (Concurso de retos) © [Cerrado]Where stories live. Discover now