1° capítulo/ ¿ Y tú eres?

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La alarma no me despertó.. ¡LA MALDITA ALARMA NO ME DESPERTÓ! Y ahora tendré que hacer un milagro para arreglarme en menos de una hora, no es que sea una chica coqueta ni nada de eso sino que mi baño dura unos cuarenta y cinco minutos y en quince estoy lista.

Me gusta tener tiempo, es esencial para mi, pero la alarma por alguna extraña razón no sonó hoy y hoy es mi primer día de mi último año. Y la verdad no quiero llegar tarde a mi primer día, eso es irresponsable.
Me levanté de la cama como flash hacia el baño, mi baño de cinco minutos con agua fría me ayudo a despertarme, me sequé el cabello y me puse lo primero que encontré, no me importa mucho lo que piensen de mi estilo pero eso no hace que ande como alma en pena, no me visto a la  última moda pero tampoco horrible.
Asi que hoy me puse un vestido azul y unos botines, ¿simple no?.

Baje las escaleras de mi nueva casa y creo que debí bajar caminando por que caí y fue asi como me di cuenta que tengo que tener un poco más de paz y la casa se veía horrible toda desordenada y definitivamente tengo que arreglar odio el desorden.

-Mamá -llame, ya que odio gritar.

-Mamá - volví a llamar ya que no la veía por ningún lado.

Y apareció como un zombie en la parte superior de la casa.

-Dime hija, ¿qué ocupas? - dijo casi cayéndose al piso. Se nota que no durmió bien.

-Necesito que me lleves al instituto, es tarde y no me da tiempo si voy caminando.

-Estas loca, ve en bus - dijo dando vuelta para ir de nuevo a su habitación.

-¡Pero mamá!- y me respondio cerrando su puerta. Y me di cuenta de que tendre que tomar bus.

*****

Caminé hacia la parada del autobús y espere, y probablemente me veía tan ansiosa que una señora preguntó
-¿Éstas bien?

- ¡Oh! Sí claro -le di una sonrisa

Y llego el bus, subi, pagué y me senté.
Pasaron unos quince minutos y aún no llegaba al instituto, por supuesto que llegaré tarde.
-Gracias mamá, hable conmigo misma. La fila de autos se hizo presente y me irrite mas.

***

Cuando llegué por fin corrí a la dirección para pedir mi horario y por lo que observe tendría primero matemáticas. No había nadie en los pasillos, asi que decidí correr, cuando estaba por terminar mi maratón hacia la clase de matemáticas tropecé de nuevo, me he caído dos veces en un mismo día, y sentí que alguien me tomaba del brazo para ayudarme a levantarme y vi a un  chico...
-¿Y tu eres? -pregunté

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