—¿Podrían cerrar la boca y darse prisa? —Sasuke los observó a ambos con su mirada inexpresiva habitual.

—Escuchen al señor autoridad. —Naruto lo señaló acusador con el dedo mientras Neji buscaba su calzado en medio de la porquería que era el departamento de su amigo.

—Fui tu líder estos tres años. —Sasuke fijó la mirada vacía en el rubio.

—¡Ja! —Pero sinceramente Naruto no tenía nada inteligente que decir así que se quedó como tonto señalándolo.

—Ya podemos irnos. —Neji abrió la puerta escapando del nauseabundo olor del interior, si eran buenos amigos deberían ayudarle a Naruto a volver habitable aquel muladar.

—Ya era hora. —Sasuke se levantó imperturbable, como siempre, después de derrotar a Akatsuki había adquirido la costumbre de vestir como su hermano fallecido, con la diferencia de que su camisa era blanca y no negra.

—¿A dónde? —Neji levantó una ceja sabiendo de antemano la respuesta.

—¡Ichiraku! —Naruto levantó un puño victorioso feliz. Sasuke ni siquiera intentó protestar, ganarle a Naruto en una discusión acerca de ramen en Konoha era prácticamente imposible.

—Quiero ver a Kakashi-sensei y a Sakura-chan, —Naruto empezó a enumerar con los dedos de las manos—, también a Iruka-sensei y Tsunade-obachan.

—Entre menos gente vea mejor. —Sasuke se cruzó de brazos, en su mente la imagen fugaz de una joven de cabello rosa y ojos color jade, fastidiado sacudió la cabeza, no entendía a que venía el pensamiento.

—Estaría bien ver a mi equipo. —Neji sonrió de medio lado entrando al restaurante que había cambiado poco en esos tres años.

—¡Sabía que vendrías aquí en cuanto llegaras! —Una voz conocida para Naruto retumbó desde el mostrador.

—¡Viejo! —El rubio se dejó caer en un banco poniendo los codos sobre la barra—. Que alegría verte.

—Así que vuelven los héroes de Konoha, la casa invita para ustedes. —Al momento tres platos fueron servidos y como era costumbre para Naruto empezó a engullir como si no hubiera un mañana.

—Hay cosas que no cambian—. Neji negó con la cabeza y procedió a sujetar sus palillos.

—Como los buenos sabores. —El viejo palmeó una de sus rodillas—. Pero no crean, la aldea ha cambiado un poco, están esos chicos tan simpáticos... —El dueño iba a seguir hablando pero Naruto lo interrumpió.

—¡Otro!

—A sus órdenes. —Guiñando un ojo el hombre volvió a las cocinas.

—Eres un glotón. —Sasuke que a duras penas terminaba su primer plato bebió lentamente un vaso de agua.

—Es Naruto. —Neji se encogió de hombros mientras el rubio seguía el festín, el dueño se ocupó de otros clientes y Neji soltó un suspiro, le hubiera gustado saber a qué se refería con lo de los chicos simpáticos. Quizás una nueva generación de la Academia había resultado ser especialmente fuerte.

—¡Esto esta buenísimo! —Había que admitir que la sonrisa satisfecha de Naruto era bastante relajante en comparación con la presión que habían sufrido durante su misión, solo por eso Neji no lo riñó cuando pidió un tercer tazón pese a que Sasuke empezaba a verlo con asco.

—Hum. —De pronto Naruto giró en su silla y achicó los ojos con dirección a la calle, Sasuke lo observó de reojo con desinterés, finalmente el rubio sonrío ampliamente—. ¡Es Chouji! —Naruto soltó los palillos y después de despedirse rápidamente del dueño corrió hacía el chico de "huesos anchos" que ahora había perdido la inocencia del rostro y se veía mucho mayor de sus dieciocho años.

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