06.Pelea de perros

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Los nudillos de dolían y el sudor caía por su frente, no había podido dormir en toda la noche pensando en lo que le dijo al pelirrojo. Entrenar siempre era una forma de desahogarse, pero ahora ni siquiera eso la saciaba, todo el odio y resentimiento que sentía hacia su padre estaba canalizado dentro de la Sala de Menesteres, tiempo atrás Adhara practicaba en el bosque y no fue hasta que un día iba rondando por el séptimo piso cuando una puerta apareció ante ella, con una sala que le proveía lo necesario para entrenar. A pesar de haber estado cinco horas entrenando de madrugada, la ira no dejaba que Adhara sintiera su cansancio, estaba tan molesta con su padre por nunca haberla reconocido o ayudado, con su madre por haberla abandonado al morir, con Nico por no haberse comunicado con ella y con ella misma por dejar que todo lo anterior le afectara. No podía rendirse, si quería probarle a su padre que Adhara Misapinoa Mávrosidis era alguien valioso, tenía que dar lo mejor de ella, se iba a asegurar que su nombre se escuchara por todos lados, que la conocieran por su grandeza en ambos mundos, no por ser la hija de Cassiopeia Mávrosidis en el mundo mágico o por ser "la nieta de Pan" en el campamento mestizo. Ella iba a llegar a lo más alto, a mirar a todos desde arriba y para eso tenía que ser la mejor.

Su entrenamiento paró en seco cuando una imagen de Luke apareció frente a ella. Era un mensaje Iris.

—Hola Adh

—¿Qué quieres Luke?—dijo Adhara con semblante serio.

—¿Ahora no puedo hablar con una vieja amiga?

—No con esa sonrisa arrogante en la cara, si vienes a ofrecerme que me una a tu causa ya puedes largarte, no pienso hacerlo.

—Creí que tú, por sobre todas las personas, serías la que más me comprendería. Después de todo eres la que más familiarizada está con el abandono y el rechazo.

—Lo único que estás logrando al jugar esa carta conmigo, es que quiera destruirte y entregar tu cabeza como ofrenda a Ares. No tengo tiempo para ti, Castellan.

Y tras una gélida mirada, el mensaje Iris se rompió. Nico, ¿dónde estás cuando más te necesito?

A la mañana siguiente, Adhara se encontró con sus compañeros en el Gran Comedor, ojerosa y despeinada, había tomado una ducha rápida y dormido un poco en uno de los sillones de la Sala de Menesteres. Theo y Daphne la veían preocupados, jamás habían visto a su amiga en aquel estado y de ninguna manera se abriría con ellos.

—¿Vieron el tablón de anuncios en la sala común?—la voz de Blaise llamó la atención del trío— A partir del jueves tendremos clases de vuelo con Gryffindor, no sé ustedes, pero yo estoy emocionado. Ya quiero ver a Longbottom caer de su escoba.

—¿Por qué estás tan seguro que se caerá?

—Siempre se cae por lo menos uno por curso, y sólo es cuestión de ver a Longbottom para darse cuenta que será él.

A partir de ese día Malfoy hablaba mucho sobre volar. Se quejaba en voz alta porque los de primer año nunca estaban en los equipos de quidditch y contaba largas y jactanciosas historias, que siempre acababan con él escapando de helicópteros pilotados por muggles. Adhara lo detestaba. Pero no era el único: por la forma de hablar de Seamus Finnigan, parecía que había pasado toda la infancia volando por el campo con su escoba. Hasta Daphne podía contar a quien quisiera oírlo que una vez casi había chocado contra un planeador con la vieja escoba de su padre. Todos los que procedían de familias de magos hablaban constantemente de quidditch. Hermione Granger estaba casi tan nerviosa como Neville con el tema del vuelo. Eso era algo que no se podía aprender de memoria en los libros, aunque lo había intentado. En el desayuno del jueves, aburrió a todos los Gryffindor con estúpidas notas sobre el vuelo que había encontrado en un libro de la biblioteca, llamado Quidditch a través de los tiempos. Neville estaba pendiente de cada palabra, desesperado por encontrar algo que lo ayudara más tarde con su escoba, pero todos los demás se alegraron mucho cuando la lectura de Hermione fue interrumpida por la llegada del correo.

Adhara Mávrosidis y la piedra filosofalNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ