Ya en camino, mi celular empezó a sonar como loco... Revisé el identificador, no quería sorpresas.

—¿Hola? —respondí sin ánimos.

—Princesa, ¿cómo estás? —preguntó Zabdiel.

—¿Cómo estás tú? —pregunté con gracia amarga.

—Lamento mucho como ocurrieron las cosas pequeñas... —respondió, su voz siempre sincera.

—No quiero hablar de eso, Zabdi. —admití. —Estoy de camino al médico...

—¿Te gustaría que te acompañara? —preguntó, guardé silencio... Aunque quería estar sola, Su compañía no caería mal.

—Por favor... 

—Estaré allí, envíame la dirección y espérame en la recepción, ¿Sí? 

—Está bien. 

Cerré y justo como pidió, le envié la dirección. Tomé un taxi para llegar más rápido, aunque caminar me hacía bien pues me distraía ahora tendría que esperar a Zabdiel.

 Para mi sorpresa cuando llegué quien me esperaba era él junto a Richard, corrí a abrazarlos. Richard se veía triste y Zabdiel tampoco ocultaba mucho sus emociones.

—Te queremos mucho, Zaphir. —comentó Richard, volví a abrazarlo... En ellos veía a aquellos hermanos mayores que nunca tuve, los solté cuando las lágrimas empezaron a anunciar su llegada.

—Tranquila, todo va a salir bien... ¿Sí? —animó Zabdiel. —Sé para que estamos aquí... No te preocupes, estaremos contigo siempre. 

Le sonreí de lado, limpiando mis ojos. Nos adelantamos a la zona de maternidad, la recepcionista nos había indicado que este era el lugar para buscar las respuestas que quería. De vez en cuando no evitaba que las lágrimas fueran libres pero parecía no importarle a nadie más que Richard y Zabdiel, quienes se turnaban para abrazarme. 

Cuando fue mi turno de consulta, no quise entrar sola... Irónico que ahora no quería estar sola, pero mi corazón se rompía cada vez más porque debía estar aquí con Joel... No con Richard y Zabdiel, pero así de puta era la vida. 

—¿Qué edad tienes, cariño? —preguntó la Doctora, podía asegurar que tan solo un poco más joven que Mamá. 

—Diecisiete.

—¿Es tu primera vez aquí? 

—Sí... —murmuré.

—¿Alguno es tu novio? 

—Son como mis hermanos. —admití, no mentiría para nada.

—Ya veo... ¿Y el padre? —guardé silencio.

—Lo siento si te ha incomodado la pregunta, debo asegurarme que no estás aquí por violación. 

—No estoy aquí por violación, está bien.

—Excelente.

Con unas cuantas preguntas más terminó de llenar el formulario.

—Bien Zaphir, ¿Deseas una prueba de embarazo de farmacia o ver tu vientre? —preguntó.

—¿Puedo tomar ambas? —pregunté, ella asintió sonriendo.

—Te daré la prueba primero, dependiendo el resultado exploramos tu viente, ¿Sí? —asentí, eso sonaba mejor. 

Los chicos me dieron ánimos con pequeños toques, la Doctora me entregó una pequeña caja que luego nos daría la respuesta que ahora todos queríamos saber.

—Déjame explicarte que hacer corazón, ahí tienes la prueba y un recipiente pequeño... Intenta hacer pis dentro del recipiente y luego dejas la prueba dentro hasta que marque el resultado, no tardará más de un minuto, cuando tengas el resultado puedes tomarte el tiempo que necesites. 

Agradecí su amabilidad y entré al pequeño baño del consultorio, me felicité por no llorar en un largo período de tiempo, pero los nervios estaban comiendome. Seguí las instrucciones de la Doctora de pie a cabeza, los minutos parecían siglos a la espera de la tan esperaba respuesta. Tomé la cajita con manos temblorosas, leí "+" e iba a ser madre, "-" y todo seguiría igual. 

Esperé suficiente tiempo y tomé la prueba con cuidado del recipiente, y vi el resultado. 

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Lalalaalalala, ¿Joel y Zaphir aún están juntos? Le dijo que se fuera, pero nunca le dijo que se acabo 🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔v

Tu luz (Joel Pimentel, CNCO). >EN EDICIÓN<Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt