CÁLMATE PEQUEÑO

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NARRA LUCY

En el tanatorio me encontré con Pablo, pobre, lloraba a mares.

Él necesitaba mi apoyo y, aunque yo era la pequeña, era como su hermana mayor, raro, lo sé, pero era cierto.

Cuando llegué a junto del, se abalanzó sobre mi y estalló en un sollozo interminable, era imposible calmarlo, nadie era capaz, por más que lo intentábamos, no había forma.

Ni la frase "CÁLMATE PEQUEÑO" hacía que se calmara y eso en mi hermano era muy raro.

Transcurridas varias horas, Pablo se fue calmando, la verdad, para mí, que mi hermano se calmara y se sintiese mejor era un alivio.

Los gerentes del tanatorio nos dijeron que íbamos a hacer con el cadáver. Nosotros, al unísono, le respondimos que lo enterraríamos, ya que a mi padre no le hubiera gustado que lo incineráramos. Decía que no era la mejor forma de que un alma descansase en paz. Acordamos que el entierro sería al día siguiente, sí, el 14 de febrero, día de los enamorados, pero en estos momentos, nos daba igual que fuese día de los enamorados o no.

El entierro sería a las cinco y media de la tarde en la iglesia parroquial.

Poco a poco, avisamos a la familia dividida por el mundo.

Sabíamos que la mayoría no vendría al entierro, no por que no quisiesen, si no porque sería un viaje tan largo que casi no llegarían a tiempo.

Pablo y yo los entendíamos, tampoco nosotros habíamos podido ir al entierro del tío Paco en Australia, era muy lejos, demasiado. La tía Matilde nos entendía perfectamente, suerte que la teníamos a ella, si no, estaríamos solos.

Es el familiar que más cerca tenemos en estos momentos. Su apoyo y su cariño significaban mucho para nosotros.

QUERIDAS LECTORAS Y LECTORES AQUÍ TENEIS EL NUEVO CAPÍTULO DE MI NOVE, ESPERO QUE OS GUSTE, Y NO OS OLVIDÉIS DE VOTAR Y COMENTAR QUE OS ESTÁ PARECIENDO.

BESOS

DIANA

FEELING IN LOVEWhere stories live. Discover now