MYSTERY (♯StilesStilinski)

T w e l v e

Mandé un mensaje a Stiles nada más salir de clases para decirle que me pasara a buscar a casa de Allison. Ella también... quiero decir, tenía un cita con Scott. Sti me contestó minutos más tarde afirmando que iba a pasar a por mi.

—Bien, es hora de vestirnos —dijo alegremente Allison.

—¡Bien! —celebré, con ironía obviamente, levantando los brazos en el aire.

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Media hora. Llevo esperando a Stiles media hora.

Me levanto de la cama dando un suspiro y caminé hacia el espejo del baño de Allison para contemplarme.
Llevaba puesto un top blanco y unos pantalones vaqueros, nada del otro mundo pero si que me había echado rimel y pintalabios, cosa poco común en mi.

Volví a suspirar cogiendo un trozo de papel y quitando cualquier signo de pintalabios que hubiese habido en mi rostro.

Bajé las escaleras de la casa de Alli encontrandome con ella afuera de esta.

—¿Todavía nada? —le pregunté, ya que sí, Scott también llegaba tarde.

—No, ¿y tú? —me miró sonriendo, o más bien haciendo una mueca.

—Nada. —suspiré como por tercera vez en el día.

Oímos un teléfono sonar.

—Es Jackson —dijo Allison aceptando la llamada.

Y ahí estábamos afuera del instituto por el mensaje de Allison enviado por Scott que decía algo como:

"Encuéntrame en el instituto, es urgente. Que venga Cassandra, está Stiles conmigo"

Pero algo no me cuadraba... ¿Cassandra? Así solo me llamaba cuando estaba cabreado.

—¿Qué están haciendo aquí? —preguntó Jackson.

—Por la noche cierran las puertas—aclaró Lyd.

—No, esa no —dije señalándola mientras me acercaba.

Algo malo está ocurriendo.

—¿Y está muy claro por qué verdad? —oí de fondo preguntar a Jackson.

Me acerqué a la puerta rozandola con mis dedos pero los alejé rápidamente al sentir... como una electricidad.

Que raro...

—¿Por qué se han colado por esa puerta? —respondió Allison sarcásticamente.

—Voy contigo —dijo Jackson otra vez.

¿Que rayos?

Me giré para ver a Jackson preocupado.

—Tus ojos me dicen que tenga cuidado —respondió esta.— esa mirada no te la había visto antes.

—Porque estoy preocupado.

—¡Oye par de tortolitos! —grité enfadada pero lo suficientemente bajo para que Lydia no lo escuchara.— estaría bien que dejarais de cillear, no voy a decir las razones obvias, y entremos.

Allison me miró avergonzada y entre rápidamente al instituto.

—¿Y si llamamos a Scott? —le pregunté uniendo mi brazo con el suyo.

—Espera. —caminó inspeccionando el sitio.— ¿¡Scott!?

—¿¡Scott!? —grité un poco más alto.

Si está aquí, ¿nos oirá con su superoído de hombre lobo no?

Seguimos caminando hasta la piscina hasta que...