- ¿Qu-qué... qué crees que... es-tas haciendo? – preguntó entre gemidos, todavía sin poder creer que aquello estuviera ocurriendo.

- Obviamente, te estoy masturbando – le dijo con voz ronca, con su otra mano deslizándose bajo la camisa de ella para acariciar sus senos -. ¿Sientes lo húmeda que estás?

Podía sentir muchas cosas. Sentía uno de los dedos de Sirius rodeando su entrada para luego penetrar suavemente. Sentía si erección presionar contra su trasero y de vez en cuando acompañar el movimiento de caderas con el de su dedo dentro de ella. Podía sentir la respiración de Sirius en su oído, suaves gruñidos escapar de él y acompañar los gemidos de ella. Y todas esas sensaciones entremezcladas sólo hacían que su temperatura aumentara, que su placer viajara alto.

- Ya te falta poco, Avril – ella cerró los ojos mientras Sirius le besaba el cuello y sus dedos intensificaban el ritmo -. Córrete, quiero verlo.

...

..

.

Tumbada bocabajo sobre su propia cama, con la cara enterrada en la almohada, gemía cada pocos segundos su suerte. Tras aquel despertar tan poco común para ella, no había vuelto a poder mirar a Sirius a la cara. El camino al Gran Comedor lo habían realizado en silencio, Sirius con una sonrisa bien pagada en el rostro y Avril a una distancia prudencial de él con la cara colorada. Ella, de hecho, ni siquiera había ido al Gran Comedor, sino que a mitad de camino balbuceó algo y salió corriendo hacia su cuarto. Estúpido Sirius descarado, todo era culpa de él.

Ahora Lily la observaba gruñirle a la almohada desde su propia cama, comiendo unos chocolates que había sacado del cajón de la mesilla de Avril. Y por supuesto que sabía todo. La interrogó para que le contara desde el momento que se fueron hasta que vio a Sirius aparecer solo por las puertas dobles a la hora del almuerzo, como si Hogwarts fuera su castillo, los allí presentes sus súbditos y él, el maldito rey de todo.

- Es algo que tenía que pasar tarde o temprano – opinó Lily riendose de ella, pero tratando de ocultar su leve sonrojo.

- Ya lo sé. Pero no me esperaba algo así, sin previo aviso.

- Ah espera, no sabía que se tenía que sacar cita para eso. Lo apuntaré en mi libreta invisible de cosas que no sabía – hábilmente esquivó la almohada voladora de Avril.

- Tonta – le gruñó malhumorada -. Te he contado un montón de cosas, y solo me hablas de esto.

- Bueno, es de lo único que te estás lamentando. Supongo que el que Sirius te haya mast... masturbado te afecta más que decirle que vienes del futuro – ignoró la pequeña dificultad que se le presentó al decir dicha palabra, pero la ceja alzada de Avril le dijo que lo había notado.

- Lo cierto es que se lo ha tomado increíblemente bien – dijo en un suspiro.

- No como tú.

- Voy a quitarte esos chocolates – ante la amenaza, Lily los abrazó con más fuerza contra ella -. Háblame de otra cosa, por favor.

- Creo que anoche besé a Potter – murmuró muy bajito, sin mirarla siquiera.

Avril se quedó mirando el techo sin decir nada, aún tratando de asimilar las palabras. Tragó saliva antes de hablar.

- ¿Crees?

- Bueno... no lo creo, lo sé – respondió frunciendo el ceño.

- ¿Cómo...? – empezó a preguntar incorporándose lentamente y sin apartar sus ojos azules de ella.

- Ya sabes que estábamos pasadas de copas – y ahora parecía echarle la culpa a ella -. En un momento dado me agobié de tanta gente en la Sala Común y salí a la puerta a ver si venía la profesora McGonagall. El estúpido de Potter me siguió...

Recuerdos Pasados (Actualizaciones lentas)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ