Prefacio.

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-Quiero ser una niña Grande- Aquella niña lloraba mientras gritaba esas palabras, sus ojos verdoso que ahora eran rojizos por el llanto mostraba ese anhelo que sus palabras tenían.

-Aún eres muy pequeña, pero pronto serás una niña grande lo prometo.- La nana de la niña la miraba con un destello de promesa y suplica, ella aún no quería que su pequeña creciera aún no estaba lista para dejarla ir.

-No... Yo quiero ser grande ahora- la niña se alejó corriendo  adentrándose en el bosque, ese era el lugar favorito de la pequeña.

Allí podía contemplar las flores, ver a los animales y jugar con la cascada que había descubierto una vez al escapar de una cena en familia aburrida; comenzó a caminar a la cascada y se despojó de su vestido color lila y sus zapatillas quedando solo en el pequeño traje de baño que siempre se colocaba por una emergencia como ésta. Jugó en el agua mientras contemplaba las hermosas Rosas Rojas y lilas que habían al rededor de la cascada. Cuando supo que era suficiente se colocó su vestido y zapatillas sabiendo que la regañarían por mojarlo corrió hasta su pequeña casita en el bosque y subió observando a los animales pasar y las aves posarse en las ramas de los árboles.

Un pequeño espejo en la  una de las esquina se reflejó por los últimos rayos del sol, la niña se acercó y vio el reflejo. En ese momento se prometió que no seria una niña pequeña ella sería una Niña Grande.

Eziel y el Coletero MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora