Segundo. Encuentro

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Calle mis pensamientos y me adentre a la casa de los McCall.

La señora McCall me sonrío y con una de sus manos me hizo una señal de que la siguiera. Recorrimos un pequeño pasillo para llegar a nuestro destino; la sala de estar. Y ahí se encontraba la pequeña niña, sentada en el sofá viendo caricaturas animadas mientras sostenía un pequeño elefante de felpa. Y de inmediato, se percató de nuestra presencia y luego, su mirada se dirigió en mi dirección, con detenimiento.

La señora McCall se acercó a Aurore y le susurró algo en el oído. No logré a captar las palabras que le dijo a la pequeña niña, pero por el asentimiento que hizo Aurore, supe de que le había informado de que le haría unas cuantas preguntas.

— ¿Quieres que este aquí contigo, cariño? —cuestionó.

Aurore solo negó con la cabeza sin transmitir alguna palabra. Y sin más, la señora McCall nos dejó a solas.

—Buenas tardes, Aurore. Soy el detective Styles. Harry Styles —informé tranquilamente, regalándole una sonrisa.

Aurore solo me observo, y nuevamente, se quedó en silencio.

— ¿Te gusta este nuevo hogar? —inquirí.

Ella solo asintió; y por tercera vez, no emitió ninguna sola palabra. Sin embargo, no me rendí, seguí intentando entablar una conversación.

— ¿Extrañas a tu antigua familia? —indagué.

Esta vez, no me observo, solo bajo la cabeza y evito hacer un contacto visual conmigo.

Y sin más preámbulos, de mi gabardina extraje una foto en donde Aurore salía con su antigua familia. Se la mostré, y su reacción fue indiferente. Su mirada emano frialdad.

— ¿Tienes algún amigo? —pregunté.

—Si —respondió casi en un susurro.

Me sorprendí al escuchar sus palabras, pensé que no me contestaría ninguna pregunta. Y utilicé el usufructo de tal situación, para seguirla interrogando y tratar de entrar en confianza.

— ¿Cómo se llama tu amigo? —.

—Vert —contestó con una dulce voz.

—Interesante nombre —sonreí y agregué —: Seguramente tu amigo ha de extrañarte mucho, supongo que vivía cerca de tu antiguo hogar.

—Él está aquí. Junto a mí —informó.

Solté una pequeña sonrisa al escuchar su extraña respuesta, pese a que, no me sorprendió ya que los niños suelen tener amigos imaginarios, y Aurore no sería la excepción.

—Bueno, mis preguntas han acabo. Un gusto conocerte, Aurore —estreche mi mano y agregué —: Hasta luego.

Aurore con un poco de desconfianza estrecho su mano con la mía, nuevamente le regalé una sonrisa y me encamine hacia la salida de la casa. Pero antes de salir por completo del lugar, alguien tomó de mi brazo. Gire mi cabeza hacia atrás; era Aurore.

—No hagas enfadar a Vert... —estableció casi en un susurro.

La mire fijamente a los ojos, y observé que aquellas palabras que había pronunciado, las había pronunciado con temor. Como si de alguien se ocultase. Y de pronto, se apartó de mí y se dirigió a aquel pequeño pasillo.

Salí finalmente de la casa y me encamine hacia mi viejo auto que estaba aparcado enfrente de la casa de los McCall. Antes de adentrarme al auto, observé el nuevo hogar de Aurore, era un vecindario tranquilo. Fije mi vista rápidamente en la segunda planta de la casa de los McCall; Aurore se encontraba hablando con alguien, pero no logré divisar ni a su madre, ni a su padre. Solo una gran sombra se podía observar, y aceleradamente, Aurore giró su vista hacia mi dirección, se acercó a la ventana y cerró los cortinajes.

Fruncí el ceño y negué levemente la cabeza, haciendo caso omiso a aquella sombra que había logrado ver desde aquella habitación donde se encontraba Aurore.

***

Mi jefe me había enviado toda la tarde y parte de la noche, a hacer unas diligencias de los casos que él llevaba. Ya que él se encontraría fuera de la ciudad durante unos días por motivos personales. No podía negarme, era mi primer trabajo como detective y tendría que esforzarme de la mejor manera posible.

Durante toda la tarde me carcomió la curiosidad de saber los motivos del extraño comportamiento de Aurore, y específicamente, durante los últimos minutos que estuve con ella. Era de esperarse el déficit del habla, ya que, ha pasado por muchas familias, recientemente por la muerte de su antiguo padre adoptivo. Pero hablar de alguien imaginario, como si existiese. Eso ya era un comportamiento extraño para una niña de diez años. Tuve un corto tiempo libre en la tarde en la cual me permití investigar sobre "los amigos imaginarios", estos desaparecen entre la edad de siete a ocho años de edad, es cuando el niño tiene funciones muy desarrolladas del lenguaje, de la lógica, memoria e inteligencia. Aurore ya tenía diez años.

Mis pensamientos se silenciaron cuando el teléfono de mi oficina sonó.

—Buenas noches, oficina del detective Styles —mascullé.

—Buenas noches detective Styles, siento la hora en que lo llamo. Hasta hace unos minutos pude encontrar los papeles de adopción de Aurore y la dirección del orfanato en donde la adoptamos con mi difunto esposo —sollozó en las últimas palabras.

Le di mis condolencias a la señora Smith y ella mantuvo firme su voz mientras conversaba conmigo por teléfono. Después de haber investigado sobre "los amigos imaginarios", llamé de inmediato a la señora Smith, está me informó que Aurore también hablaba de ese tal amigo Vert. E incluso, durante los últimos meses antes del accidente, Aurore había adoptado un comportamiento aún más extraño de lo que solía tomar. La señora Smith me reveló que con frecuencia la encontraba en el sótano a oscuras ensimismada en el silencio.

Y otras veces, susurrando en la oscuridad.


Gracias por leer. 

P.d: Recuerden que está historia no tendrá muchos capítulos. Por eso los sucesos ocurrirán algo rápidos. 

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⏰ Last updated: Apr 02, 2017 ⏰

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Aurore | h.sWhere stories live. Discover now