PROMESAS ROTAS. (Tony)

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Capítulo 5: Promesas rotas.

"El amor es una mezcla de luz y oscuridad, de paz y guerra, de constante antagonismo de nuestras emociones. Esto es lo que hace que sea la mejor experiencia por vivir porque la humanidad no es un cuento de hadas, es vida, y la vida es una historia impredecible que no puedes controlar".

Víctor De la Hoz

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Lloré hasta qué me ardieron los ojos, para que negarlo, si antes dolían los recuerdos, ahora pesaban más, aunque el sol ya se había hecho presente, desde hacía unas horas la noche había terminado, yo seguía sentado junto al ventanal con la botella de whisky vacía a un lado con los ojos rojos y con un nudo en la garganta del que no me había podido deshacer desde anoche, yo aún sostenía el teléfono con fuerza en la mano como si fuera a tomar vida e irse, me sentía muy mareado, el dolor de cabeza me estaba matando, sentía que en cualquier momento me explotaría, tenía mucho sin tener una resaca. Me tomé la cabeza de los lados con ambas manos dejando el teléfono en el suelo, jurándome jamás volver a beber, un poco tambaleante me levante del suelo y me dispuse a tirar la botella en la basura y a limpiar el desastre que había hecho anoche, además de tomarme una aspirina que me facilitó V.I.E.R.N.E.S, tome el celular en mis manos mirándolo con detenimiento para después volver a guardarlo en la caja en la que llego, mientras solo podía observar la carta de Rogers en la mesa de vidrio a la mitad de la sala de estar, ¿Debería tirarla y hacer de cuenta que el día de ayer no ocurrió? ¿Qué se supone que debería hacer ahora que sabía que él me seguía amando y no la pasó nada bien? ¿O simplemente podía conservarla junto con el teléfono? Me irritaba aceptarlo pero no quería deshacerme de ellos, aun no estaba listo para superarlo, metí con delicadeza la hoja de papel que había sido la testigo silenciosa de la promesa que me había hecho, ahora lo que menos necesitaba era volver a deprimirme. Entré a mi habitación dejando la pequeña caja en la mesita de noche, ese sería su lugar en lo que decidía que hacer con ella, me dirigí a la puerta del que solía ser mi cuarto, mientras volvía a recordar con una sonrisa rota todo lo que había vivido en ella. Me limpie con delicadeza aquella lágrima solitaria que había salido sin mi permiso y me di la vuelta para dirigirme a mi baño personal, necesitaba urgentemente una ducha para quitarme este olor a alcohol del cuerpo, saliendo del baño, me fui a elegir mi ropa de hoy, no tenía humor para ir a la empresa, le pedí a V.I.E.R.N.E.S que avisara en la empresa que no me presentaría, a fin de cuentas no había ninguna junta "importante".

Me vestí con mi acostumbrado conjunto para trabajar en mi taller, aún era temprano y Parker no llegaría hasta las 4 así que tendría tiempo para seguir con las mejoras de mis bebes, baje a mi taller como de costumbre a ocuparme de mis cosas, sin embargo no lograba concentrarme completamente, ya que por obvias razones cierto capi-paleta no salía de mi mente, en especial no dejaba de lado otra sus promesas rogando por que no fuera tan vacía como las anteriores y por primera vez en mucho tiempo mire el escudo rojo, blanco y azul que descansaba en algún punto de la habitación y me permití recordar nuestra historia junto con todo lo que vendría con los recuerdos.

Una pequeña, casi imperceptible sonrisa se plantó en mi rostro al recordar aquellos tiempos. Cuando tenía 23 años y me sentía dueño del mundo, básicamente lo era. Tan centrado en mí que no pude ver más allá de todo lo demás, al menos no hasta que paso lo inesperado, había sido secuestrado para construir un arma de destrucción masiva que deseaban usar los terroristas, además de las metrallas que ahora amenazaban mi vida pero eran detenidas por el reactor que Yisen, aquel hombre que fue mi compañero de encierro y murió con tal de salvarme, coloco en mi pecho para que no muriera.

Nunca en mi corta vida fui consciente del daño que podía causar con las armas que construía para la empresa que mi padre había dejado luego de morir, tampoco me di cuenta de la traición de Obadiah y su intento de matarme hasta que fue demasiado tarde. En un transcurso de 6 meses mi vida había dado un giro de 180°, ya no solo era un genio, millonario, playboy, filántropo, ahora también era Iron-man, era un héroe, podría pelear por los más débiles de hoy en adelante.

¿Dónde estabas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora