Enfrentamiento

1.2K 112 86
                                    

Narra Pedro :

Siento ... mucha agua... no puedo respirar. Escucho risas tenues y el retumbe de musica con bajo al fondo.

—Vamos, Vamos...— escucho vagamente. Por el agua me niego a abrir mis ojos. Siento que me estan tomando por el cuello de mi camisa.— La diversión apenas comienza, Lindo, te necesito consiente.

Me decido a abrir los ojos que siento tan pesados ... pero necesito saber que es lo que pasa. Cuando abro los ojos hay un espejo ante mí. Estoy empapado. Es todo lo que puedo ver. Pero solo quiero dormir. Todo empieza a volverse oscuro.

—Hey! No!— escucho un ruido sordo, y me empieza a picar la mejilla... abro los ojos, ¿Que esta pasando? Solo veo un lavamanos. Estoy en un baño.— No es hora de dormir, Bonito, no lo arruines. Fue el vino, si... Bebiste demasiado vino. Debi darte la dosis cuando tuve la oportunidad.— ¿Donde estoy?

—¿Huh? ¿Que hacen ustedes aqui?— escucho que se cierra una puerta con seguro. No tengo fuerzas.

—Soltalo. Ahora.— Esa voz me suena conocida.

—Esta bien.— siento que nada me sostiene. Estoy... cayendo.

*

Narra Alejo:

Vi como en camara lenta Pedro caia como un muñeco de trapo al suelo. Ese hijo de su puta madre me las va a pagar por lo que le hizo.

Hey Hey— dice al ver que me acerco directo a cagarlo a piñas me detengo al ver que se agacha y acerca su mano a Pedro. Noto el brillo metálico de algo que lleva en su mano. Es un bisturí.— Frescos que esto se va a poner sangriento si se portan mal.

El bisturí esta justo en la parte de su cuello donde pasa su arteria, como medico debe saber perfectamente donde esta.

—¿Por que haces esto? No. Esta bien, no le hagas daño.— dice Juan, que al ver el objeto filoso perdió un poco de semblante.

—Si le haces algo sabes que iras a la cárcel. No cometas una estupidez.

—Jajaja no me hagas reír. Tengo contactos poderosos en esta ciudad. Podría matarlos a los tres en el escenario y pasar pocos dias en la carcel.
          
—Solo miente Alejo, eso no puede ser cierto.— no Juan!. ¿Porque dijiste eso?

—¿Crees que miento? —Veo como presiona un poco el bisturí en el cuello de Pedro. Esta a punto de cortarlo.

—Pará! Pará!.

—Shhhh. No estoy jugando, niñitos. No vuelvan a dudar de lo que puedo hacer. Si quieren a su amiguito vivo, claro está.

Este hombre no se parece en nada al que atendió a Pedro en la unidad de emergencias. Ahora su rostro tiene una sonrisa torcida, trastornada. Lo que me decía Juan era cierto, es un enfermo mental. Debemos tener cuidado.

El aire del baño es tenso, con un fuerte olor a cloro. Se que él tambien esta nervioso, asustado. Debo sacar provecho de eso.

—¿Como pensas salir de aqui desapercibido con un chico colgando en tus hombros ? Tu panorama se pone oscuro. ¿Crees que podrás asesinar a todo el que se te atraviese?

El levanta a Pedro y lo sostiene rodeando su vientre con un brazo y otro en su cuello con el bisturí.

—Tus habladurías me estan cansando. Vayanse y acepten el destino de mi muñequito.

— Te estuvimos vigilando. —segui hablando a pesar de que mi corazón late a cientos de latidos por segundos.— Se que tenes miedo a ser descubierto, a que sepan que sos un guarro dañado. ¿Porque viniste a este baño en primer lugar? Tenías miedo de que se dieran cuenta de que vos lo drogaste. Lo trajiste aqui para despertarlo. Pero miralo. Apenas esta consciente.

—¡Callate! ¡O te juro que le rebaño el cuello!—Decidi callar un momento. Esta alterado, estoy ganando esta batalla psicológica. Aumente su miedo y su inseguridad.— Quiero que salgan de mi camino, voy a salir de este  baño, ¡Los quiero contra la pared!

Nos vimos obligados a hacerlo. ¿Porque no llamamos a la policía o algo asi? En este momento sería de mucha ayuda. Pedro podría pasar por borracho, y puede llevárselo. Pasa cerca de nosotros y se dirige a la puerta.

No puedo lanzarme encima de el. Es muy peligroso.

Cuando abre la puerta lentamente veo que queda petrificado. No mueve ni un músculo. ¿Que esta viendo? ¿Porque no se mueve?.

—El bisturí, damelo. Se acabo, William.— Esa voz... yo la reconozco.

El suelta  la manilla de la puerta poco a poco. La puerta se abre lentamente. El cañon de un revólver esta apuntando directo a su rostro.

Pasan segundos eternos. Nadie dice nada. Por el ángulo de la puerta no puedo ver quien es.

—¿Pero que...

—Mirame a los ojos. Sabes que no miento.

El parece retroceder, sus piernas tiemblan.

—No... no... nada de esto tenia que ocurrir asi. Maldita sea.

—Pudiste escapar de la justicia aquella vez William, pero te dije que te encontraría.

Todo es tan confuso, ni Juan ni yo hacemos algun movimiento brusco.

-----------------

Recuerden la nota que deje de "última noche en israel (parte 2)"  veo que muchos leen pero no comentan.

Gracias a los que si comentan ;* pero si les gusta la historia, a mi me gustan los comentarios. Dando y dando. :D

Divalejo: Amor Sin FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora