Capítulo 25: "La tía muerta"

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Unos días después

Emma se levantó con mucha pereza aquella mañana, era uno de esos días en los que la gente afirmaba que era un mal día por que las nubes eran lo único que ocupaba el cielo casi en su totalidad. El color grisáceo presagiaba lluvia pero no era que le molestara.
Estiró sus brazos hacía los lados y sus piernas lo más que su cuerpo le permitía, escuchó el crujir de un par de huesos y se frotó los ojos, tal vez no mucho. Se había acostumbrado a dormir con algo de maquillaje para no perder el tiempo por las mañanas y que no resultara muy sospechoso. Los camisones de seda, generalmente blancos o en colores pasteles, que Lady Shopie tenía le otorgaban un sueño aún más cómodo y placentero que el solo echo de dormir en aquella cama tan grande. Aún con pereza, se levantó y caminó pesadamente hasta un tazón con agua, mojó las puntas de sus dedos allí y se los pasó por los ojos, limpiándolos. Luego, se acercó a su tocador y comenzó a pasar el polvo blancuzco por sus mejillas y pómulos, por su frente y un poco en su cuello. En ese momento escuchó algunas voces abajo, pero no le dió mucha importancia. Peinó sus cabellos con la punta de sus dedos y consideró prudente no maquillarse más. Unas exclamaciones llegaron hasta sus oídos y luego algunos sollozos tristes, sus vellos se erizaron, sintió como los nervios afloraban. Iba a salir, llevada por la curiosidad, pero se detuvo, faltaban nueve días, ¿y si se habían dado cuenta de la sustitución de Shopie? ¿la habían descubierto? Tuvo miedo por unos instantes, pero luego se recompuso rápidamente. Probablemente hubiera pasado algo, por que si se hubieran enterado de la sustitución, ¿por qué alguien lloraría? Su pensamiento era lógico y no temió. Quizá había sucedido algo malo,¿acaso le había ocurrido un infortunio a Claire?

Fuese lo que fuese, ella debía saberlo.

Emma salió del cuarto con su camisón largo hasta las rodillas, el piso estaba helado y ella, descalza, reprimió el frío dando pasos rápidos y ligeros; bajó las escaleras observando todo con atención, con cierta inquietud, abajo, Lady Hilary lloraba en brazos de Lord Arthur, se sentía una intrusa, bajó cuidadosamente.

-¿Qué sucedió, madre?- Pregunta, se había vuelto algo extraño llamar "madre" a una de sus amas, pero no debía olvidar nunca que ahora era Shopie.

-Tu querida tía Maybe ha muerto-Exclamó el padre con inmensa tristeza en su rostro.

¿Quién?... si era familiar de Shopie no podía sentir tristeza, no la conocía en lo más mínimo, jamás había escuchado mencionarla, ¿quién era?

Su madre la miraba, tenía los ojos hinchados y el sutil rubor rodaba por su bello rostro, Shopie solo se limitó a preguntar con una falsa cara de preocupación:

-¿Qué tía?

-La tía Maybe, estuvo en la fiesta, ya sabés, aquella mujer extraordinario de vestidos acampanados y ese cabello rubio cubierto de canas... no la veíamos mucho pero siempre estaba presente en las reuniones- Dijo Lady Hilary, en tono se reprensión; Lord Arthur la escrutó con la mirada, sintió miedo, no conocía a esa tía pero no sufrir era lo peor que podría hacer.

-¡Oh, sí!- Fingió una cara de tristeza infinita, torció los labios y realizó una mueca de preocupación; Lady Hilary se aferró más a su esposo mientras las lágrimas seguían cayendo de sus ojos. Decidió tomar la información que su madre le había brindado aunque no la recordara de ninguna ocasión- Qué tristeza- Exageró, puso una mano en su boca y obligó a que una lágrima cayese de uno de sus ojos- No la veíamos demasiado, pero aún así, la pena me carcome, yo la quería mucho.

-Todos la queríamos- Admitió la madre, llorando. Emma notó una carta abierta en las manos de Lady Hilary, probablemente sería la misiva que constataba la muerte de aquella nujer.

-¿Cómo falleció?- Preguntó Emma con falsa tristeza. Comenzaba a sentirse incómoda por la situación, sintió algo de vergüenza y apretó sus manos a sus brazos.

Lady Shopie #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora