Capítulo 1

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De nuevo sucedió lo que temía que pasará, que me desmoronara, que el poco de fuerza que me quedaba cayera ante mis pies sin yo poder moverme para alcanzarla. La verdad no era usual que me diera la "depre" (como solían llamarla mis amigos) a tan escasas horas de la mañana y menos en el Instituto, digamos que lloraba hasta quedarme dormida como si la almohada pudiera consolarme o decirme que todo iba a "estar bien" cuando sabia que no lo iba a estar, nunca lloraría delante de alguna persona, excepto frente a ella.

-¡Mariam! - dijo Saul llamando mi atencion.

-¿Qué pasa? - dije.

-¿En qué país estabas, Alicia? ¿En el de las maravillas? - dijo con una sonrisa en su rostro, esa sonrisa que tanto me encanta.

No, en el de la depresión. - lo pensé pero no lo dije.

-Obvio no y deja esas metáforas que ni sentido tienen, enserio no estoy de humor. - dije un poco seria.

-Lo siento. -me dijo mirando hacía el suelo, en ese momento lo único que quería era levantar su hermoso rostro y estampar mis labios contra los suyos.

Estábamos en receso, sentados en la última mesa de la cafetería en la cual estamos mi grupo de "amigos" y yo, cuando tocaran la campana nos tocaría ir a gimnasia enserio prefiero cualquier otra cosa que tener que moverme, preferiría hacer un ensayo de 1500 paginas que tener esta tortura pero así es la vida injusta y para mi que la vida fuera injusta ya era de lo mas normal.

-¡Oye! Alien. - dijo Steph mirandome a los ojos.

-Mi nombre es Mariam por si se te olvida. - cuando dije eso puso los ojos en blanco y siguió besando al fastidio de su novio, no sabia por qué una chica tan linda como ella estaría con un monstruo como Jason.

Jason físicamente no lucia cómo uno pero en su forma de tratar a las personas, si lo era. Steph en cambio era una luz al final del camino, en pocas palabras era un ángel pero no se equivoquen eran un ángel sacado del mismísimo infernó sin mentirles podría ser hermosa pero su forma de tratar a las personas lo cagaba totalmente, oh... Ya me di cuenta porque se aman tanto.

-Alíen tocaron la campana hora de ir a tu clase favorita. - mientras ella lo decía una risa malévola se asomaba por sus labios, lo único que hice fue poner los ojos en blanco e ir a clase.

Ella Y Su Hermosa DepresionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora