B A S T I A N

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El gentío se movilizaba, discreto, entre los árboles azules

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El gentío se movilizaba, discreto, entre los árboles azules. Los murmullos acerca de la nueva integrante del grupo se habían acallado tras su corto discurso, en el que había reiterado la importancia de Eterna. Cada uno de los humanos y enanos que conformaban aquella congregación le había probado su valía incontables veces, y el líder confiaba en que nadie desobedecería las órdenes que, hasta entonces, les había deparado un destino provechoso.

El recorrido se detuvo en un cruce de caminos internado en el bosque. Tras descender de su montura, se dirigió hacia Bronce.

—Aquí nos despedimos, viejo amigo —dijo el caballero, ofreciéndole un apretón de manos..

—No lo llames despedida, Bastian —contestó el enano, dejando entrever una sonrisa entre su tupida barba cobriza—: es tan solo un hasta luego. Al menos que te derroten en batalla, claro está.

—¡Ya quiero verlos intentando someterme a su acero! —clamó Bastian, sin ocultar su algarabía—. Ganaremos esta guerra, y sobre las cenizas de Luminel nuestro maestro retornará para ocupar el trono que le pertenece. No lo olvides.

—No lo olvidaré, ni te decepcionaré. Vivo para cumplir la tarea que me ha sido encomendada; ¿no es así, chicos? —preguntó alzando su volumen de voz. La decena de individuos que lo rodeaba rugió en afirmación.

—¡Habría sido imposible seleccionar a alguien más capacitado!

Se abrazaron, y el enano se alejó junto a la mitad del grupo por un camino aledaño que se prolongaba hacia las tierras heladas del sur. La cuadrilla restante, con Bastian a la cabeza, continuó su recorrido hacia el oeste.

Llamó a Eterna, la muchachita que habían hallado huyendo de la muerte, para que cabalgara junto a él. En su semblante se reflejaban los vestigios del miedo y la confusión.

—¿Sucede algo? —le preguntó.

—No —se apresuró a aclarar ella—, es solo que...

—¿Te intimido? ¿Es la cota de malla o el cabello desaliñado?

—No me intimido fácilmente.

—Nunca habías visto un enano a caballo, ¿cierto?

—Eso era un poni.

Ocaso eternoWhere stories live. Discover now