Le conté de la noche en la que mi auto se dañó (nunca había contado tantas veces la misma historia, ya la sabía de memoria), luego hable de la extraña coincidencia de que su padre era socio del mío, aunque viendo la forma en la que frecuentaba el edificio Wallas, podría decir que la verdadera socia era ella. Entonces ya no quería tocar el tema, le dije que había llevado a mi prima al centro comercial y que reuniría con ella para tener una "tarde de chicas", la verdad Daniela no parecía la clase de chicas que van de compras o algo así, de hecho si mal no recuerdo, era un almuerzo, luego pase a la cita de esta noche, Lily sonrió y un pensamiento llego a mi mente...

¡Mi mamá! ¡Su casa! ¡Alison! ¡Mi padre! ¡Había olvidado la cena! Abrí los ojos como platos y luego lleve mis manos a mi cabeza, soy un estúpido ¿Cómo es que olvido esa cena y logró que Daniela me acepte una cita?

-¿Qué pasa? –me pregunto Lily preocupada, la mire un momento.

-hoy le había prometido a mi madre ir a su casa a cenar...

-y...

-pues invite a Daniela a comer, olvide que tenía que ir a casa mi madre.

-no veo el problema, llama a tu mamá y dile que llevarás a alguien, le dices a Daniela que tu madre quiere conocer a la persona que hace posible esa fusión entre empresas; puede que tu mamá ya no trabaje pero no quiere decir que no quiera estar al tanto de lo que pasa en Wallas Industries –me miró como si fuera algo obvio, no era mala idea, era un terrible idea ¿llevar a Daniela a casa de mis padres? Yo negué -¡vamos! ¿Consigues que te diga que sí y luego cancelas? Eso no le va a gustar en absoluto.

-no tienes idea de los fastidiosos que están con ese tema, ¡hasta papá! No la llevare a la boca del lobo, sabes lo abrumadora que puede ser mi madre.

-pero la dejaste sola con tu prima, ¿no? –Yo la mire –no eres muy listo, si tu madre es abrumadora, tu prima es peor –tenía razón ¡como odiaba que tuviera razón!

Me quedé mirándola, ahora estaba en un gran aprieto; si llamaba a mi mamá para cancelar se pondría histérica, por otro lado si le decía que tenía una cita, me llenaría de preguntas y eso sería sin duda peor; pero no quería cancelarle a Daniela, sentía que estaba progresando y eso sin duda lo arruinaría todo. Apoye mis codos en la mesa.

-¿Qué hago?

-yo ya te di una solución, pero es decisión tuya –luego me tomó de la mano, yo la mire –no te agobies, simplemente es una cena, no es nada más allá de eso, inclusive puede que ella misma rechace la idea de ir a tu casa entonces no tendrás problemas.

-si rechaza, no me sentiría mejor.

-eres un dramático.

Mire el reloj y ya era hora de entrar a clase.

Ni siquiera podía concentrarme en lo que decía la maestra de constitución, mis pensamientos estaban en mi madre y en Daniela ¿Cómo se supone que solucione eso? Mi mama se volvería loca si le decía que no, y no quería perder el privilegio de salir con Daniela.

Mi cabeza seguía dando vueltas y veía que la maestra me miraba fijamente, supongo que sabía que no le estaba prestando la más mínima atención; debía pensar en algo, rápido. Mire el reloj y faltaba poco para salir y mi nerviosismo iba en aumento, tendría que relajarme y enfriar mi cabeza pero ¿Por qué me mataba tanto pensando en ello? ¿Desde cuando yo dejaba de algo así me pusiera de cabeza? ¿Qué poder tenía Daniela sobre mí? O peor aún ¿desde cuando deje que esto pasara? Ni siquiera la conocía bien, ni siquiera había cruzado más de unas palabras con ella. Pero me parecía tan enigmática y reservada que quería conocerla más y ver otra sonrisa en su rostro... y mejor aún si yo era la causa de esa sonrisa...

Entre Tú y Yo Where stories live. Discover now