Capítulo 1 - Sophia

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-Tenemos que ser fuertes, mi amor.

-Lo sé, pero... es que tengo tanto miedo... Tan solo... Tan solo deséame lo mejor (Wish me well), por favor.

-No te preocupes, yo estaré a tu lado en todo momento. -Dice él para calmar a su pareja-

Ella sonríe mientras es llevada en una camilla.

Él sigue la camilla, con su corazón en la boca.

-Puede tomarla de la mano, señor. -Dice el médico mientras se acomoda los guantes-

Él traga grueso y la toma de la mano.

-Estás más nervioso que yo, cariño. -Dice ella riendo-

Él sonríe de manera incómoda, con sus manos temblando.

Los nervios ciegan los sentidos de aquél hombre y comienza a bailar con el mareo que tiene.

Ha dejado de escuchar todo ruido que lo rodea, ha dejado de observar lo que tiene en su cara, y todo se ha tornado negro.

-¡Sea fuerte señora, usted puede, vamos, de nuevo!

Se escucha al médico gritar, luego no se escucha nada.

-¡Ya casi, ya casi!

Él escucha cada cierto tiempo, pues los nervios lo han dejado congelado, aterrorizado, con su imaginación traicionándolo.

-¡Ya puedo verla, continúe así! -Grita el médico con entusiasmo-

La mano del señor es apretada con todas las fuerzas de la paciente.

Él se tambalea, hasta que una luz comienza a quemarle los ojos.

-¿Qu-qu-qué pasa? -Pregunta atontado-

-¡Es una hermosa niña! -Exclama el médico sosteniendo una bebé-

Él la sostiene y su pulso se acelera, está sobre sus brazos, llorando, una bebé tierna, pequeñita, preciosa...

El médico voltea hacia la camilla, se asusta y comienza a alertar a los ayudantes.

-¡La estamos perdiendo! -Grita mientras intenta sostener a la mujer-

-¿Qué? -Pregunta él al escuchar eso-

Una enfermera toma del brazo al señor y lo saca de inmediato.

Él sigue sin ver, ni oír nada, la situación que ha presentado desde que ingresó a la habitación hasta que lo sacaron es deplorable, los nervios lo han masacrado.

Abre sus ojos y nota que no tiene a la bebé en sus brazos.

El alma vuelve a su cuerpo, sus sentidos los posee de nuevo, aprieta una mano y siente lo que hace.

-¡¿Mi bebé?! -Exclama asustado al recordar lo poco que los nervios lo dejaron ver-

El médico sale de la habitación tragando grueso.

Él lo observa y sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas.

-No me diga que...

El médico suspira.

-Después de tanto, hemos salvado a su hija... Y a su esposa... ¡También la hemos salvado! -Exclama finalmente con una sonrisa de orgullo-

Lo que iban a ser unas lágrimas de tristeza se tornan de otro color, él comienza a llorar de felicidad, pues todo ha salido muy bien.

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Luego de unos meses...

Wish Me WellWhere stories live. Discover now