Capítulo 5.

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-¿Dónde estáis?-le pregunto a mi padre por teléfono cuando veo que no están en casa.
-Azalea, ven al hospital, Ha habido un accidente-me dice mi padre y cuelga.

De camino al hospital comienzo a pensar en esta situación. Lauren ha tenido un accidente, porque si lo hubiera tenido mi padre no habría contestado. ¿Estaba Ian con ella en el coche? Cómo le haya pasado algo a Ian, me muero.
Comienzo a conducir más deprisa y llego al hospital en quince minutos. Le doy mi nombre a la mujer que está en información y dice dónde está la habitación.

-¿Dónde está Ian? ¿Está bien? ¿Iba con ella en el coche?-comienzo a hablarle a mi padre muy alterada.
-Sí, está bien. Está en el colegio todavía. Lauren iba a recogerle y un coche que iba a mayor velocidad se ha chocado con ella. El otro conductor está bien, pero Lauren no. Los médicos no saben si va a sobrevivir.

¿Cómo? ¿Lauren se va a morir? A ver, la odio, pero tampoco quiero que la pase eso. Al fin y al cabo, es la esposa de mi padre, y mi madrastra.
Decido ir a recoger a Ian del colegio y volver al hospital. Papá nos manda a casa y nos dice que descansemos. Quiero estar con él y ayudarlo, pero no va a querer.

Ian se ha dormido, y no paro de mirarlo. De camino al hospital había pensado que iba a perderlo. No hubiera podido continuar mi vida sin él.
Me llama mi padre y me dice que la situación no ha mejorado. Lauren tiene fracturas en el cráneo y una pierna rota. Los médicos hacen lo posible por salvarla.
Por la mañana le hago el desayuno a Ian y decido despertarlo. Nos preparamos y vamos a ver a nuestro padre.

-¿Qué tal está? ¿Se ha hecho mucho daño?-le dice Ian a papá.
-Sí hijo, no sé si va a seguir con nosotros.

A pesar de tener diez años, Ian entendía la situación. Jamás conoció a mamá y Lauren nos cuidaba muy bien. Sí, nos cuidaba. Intentaba hacer lo posible por ser nuestra "madre". Pero para mí no era nadie, no quería nada de ella.

Las horas pasaban e Ian se aburría. Vi como tenía hambre y me lo llevé para ir a comer algo. Al volver de un restaurante de comida rápida y traerle algo de comer a papá, salí del hospital para tomar el aire.
Pero en la puerta me chocó con Steven.

-¿Qué te dije? Que no te chocaras, ¿verdad?-me dice muy calmado.
-No ha sido aposta. ¿Qué haces aquí?-le digo mientras mi curiosidad me puede.
-Además de chivata, cotilla. Vaya mocosa eres.

Al escuchar sus palabras decido alejarme unos metros para poder estar sola, pero vuelve y se planta delante de mí.

-¿Tú por qué estás aquí?-me pregunta mientras veo en sus ojos sinceridad. Es la primera vez que le miro a los ojos y me doy cuenta de los verdes que son. Jamás había visto unos ojos tan bonitos.-Eh, mocosa, ¿vas a hablar?-me dice mientras me saca de mis pensamientos.
-Mi madrastra ha tenido un accidente, por eso estoy aquí. ¿Para qué quieres saberlo? ¿Para burlarte de mí?
-No, pensaba que te había pasado algo a ti y no estarías unos días por la universidad. Así estaría más tranquilo en clase que contigo mirándome cada por tres.

¿Qué le miro? Eso no es verdad. Vaya mentiroso. Me apresuro a irme, cuando vuelve a cogerme el brazo. Que manía tiene este chico.

-Venga mocosa, no te enfades. Se nota que eres una niña y no pillas las ironías. ¿Está bien?-me pregunta.
-Eh, no... No saben si va a sobrevivir.
-¿Y tú cómo lo llevas?

¿Steven Foster preocupándose por mí después de amenazarme el primer día de Universidad, después de reírse de mí, después de pensar que es mi enemigo? O estoy alucinando, o este chico es muy raro.

-Estoy bien-le contesto seriamente mientras me voy.

Seguimos esperando e Ian no puede más. Está muy impaciente por saber si Lauren va a seguir con vida o no, y mi padre más todavía. Después de cuatro horas de haber hablado con Steven, sale un médico y nos dice que al final todo ha ido bien, pero que a Lauren le va a costar recuperarse. También nos advierte de que ha perdido la memoria y estará unas semanas en el hospital para ver si es permanente o no.
Rápidamente, mi padre pregunta si puede pasar a verla y el doctor asiente.

-Hola cariño, ¿cómo te encuentras?-le dice mi padre.
-Estoy bien, ¿pero quiénes sois vosotros?-nos pregunta Lauren.

Los tres entendimos la situación en la que se encuentra Lauren y decidimos irnos a casa. Todos debíamos descansar, sobre todo mi padre.

El domingo por la tarde me despido de mi familia y me preparo para irme al campus. Sería una semana dura porque pensaba volver a casa todos los días para hacer la comida, ayudar a mi padre y estar con Ian.
Pongo la alarma y me duermo al instante.

No ha sonado, y he vuelto a dormirme. Veo la hora y son las 8:00. Tengo 45 minutos para prepararme e irme a clase.

-Mocosa, llegas demasiado justa para la primera clase. Algo inusual en ti-me dice una voz cerca de oído. ¿Steven? Sí, Steven.
-No te interesa si he llegado justa o no. Y deja de llamarme así.-le contesto lo más grosera posible.

¿Está sentado al lado mío? ¿Pero no se sentaba atrás del todo?
Intento no pensar en eso, sino en cómo hacer que las clases se pasen volando para llegar a casa.

Toda la semana ha sido igual, despertarme, ir a clase, ir a casa y volver al campus. Estoy muy cansada y todavía me queda mañana para volver. Tengo pensado descansar todo el fin de semana.

-¿Dónde has ido y venido en toda la semana?-me pregunta Steven antes de empezar la última clase del viernes.
-¿Por qué me haces tantas preguntas si no te interesa? ¿Quieres burlarte de mí? Déjame en paz.
-Te he visto salir de San Diego en coche. ¿Dónde has ido?
-¿Pero quién eres para espiarme o para darte información?-le grito mientras entra la profesora.

Tu alma es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora