Y ahí, echados los dos encima de la cama, tú en el quinto sueño y con la respiración estrellándose en mi hombro, me di cuenta de que no necesitaba ninguna terapia para el estrés ni un día con más horas para terminar todo lo que me urge hacer.
Sólo necesitaba parar un ratito para sentirte respirar lentito. Sólo necesitaba mirarte para sentirme feliz.
Y que se fueran los monstruos.
YOU ARE READING
No empieces, Eff.
RandomEeeeeeesssto no es una novela :) Tampoco un diario. Es solamente un pequeño surtido de anécdotas que me han pasado alguna vez. Nada, nada de ficción. ¡Por primera vez! -Eff.