—Gem, ve. No eres una niña, y yo no soy Alethia, solo ve y diviértete mucho.... y no tomes alcohol por favor —le digo recordando lo ocurrido con Kaleb.
—Cielos, no —dice contrariada— te juro que no vuelvo a hacer una locura como esa.
—Espero le hayas dicho que no me dormiré hasta que llegues —amenazo.
—Claro que lo sabe, le dije que, aunque fuésemos amigos de años, eras diferente como juez que como amiga, le dije que eras el primer filtro, pero el más importante. Y que, si tú no lo considerabas bueno para mí, harías hasta lo imposible para deshacerte de él —dijo Gemma segura y seria.

—¡Dios!, me has puesto como un monstruo —le digo riendo.
—Bueno, es preferible, así se comportará.

Ambas reímos por sus tontas ocurrencias, esa era la Gem que yo adoraba, la loca amiga que siempre tenía ocurrencias extrañas.

—¿Tía Marina? —dijo la voz de Kaleb asomándose. Gemma se tensó enseguida y su risa se apagó.
—Hola Kaleb —dije de lo más normal, el chico nos miró a ambas, sin embargo fue clara su sorpresa ver a Gemma.
—Hola Gemma —saludó Kaleb.
—Hola Kaleb —respondió ella y pude escuchar esa nota de llanto contenido en ella.

—¿Han visto a mi tía?
—Subió con Clary.
—Deberías irte a cambiar amiga —dijo Gemma mirándome.
—Cierto, ¿Me acompañas? —dije solo para evitar que se quedara sola con Kaleb, ella tomó la oferta y se levantó.
—Con permiso —dijo al pasar al lado del chico que se mantenía cabizbajo.

Con Gemma subí a darme una ducha rápida y a ponerme el vestido que Clary me había escogido esa mañana, acomodé mi cabello y Gemma me compartió de su labial. Ella estuvo en su teléfono todo el tiempo.

—¿Por qué te enojaste con Raymond? —dijo de repente sorprendiéndome.
—¿De qué hablas?
—Cathalinna por favor, conmigo no —dijo con cierto tono de regaño— le llamaste "el idiota de mi clase de literatura" y eso solo lo haces cuando estas molesta con él. Además de que están aquí tu y Clary sin él. ¿Hizo algo?

—Nada de importancia, o eso espero —ella me miró confundida.
—No te entiendo.
—Estuvo coqueteando con una chica, la verdad es que no la vi bien, pero Clary si, y eso fue lo que me molestó, mira, se que él tiene derecho a rehacer su vida si así lo quiere, pero Clary no tiene que cargar con esas consecuencias, no cuando ella apenas y sabe algo de su mamá.

—¿No será que estás celosa? —inquirió mi amiga divertida.
—Claro que no Gem, ¿Cómo puedes pensar eso?

—Mami, dice la abuela que si puedes bajar por favor —dijo Clary asomando la cabecita por la puerta.
—Si Muñeca, enseguida voy, ¿Tu ya estás lista?
—Casi, solo me falta ponerme mis zapatos.
—Ve entonces —le dije y ella salió cerrando la puerta, cuando miré a Gemma ella lucía perpleja.

—Ahora veo por qué no te afecta —dijo ahora con una sonrisa tierna— es ella quien te preocupa realmente.
—Te lo dije.
—¿Sabes? Es extraño escucharla decirte mamá, no sé, me dio escalofríos, pero no de una mala manera.
—La adoro Gem, y no quiero que nada la lastime, ni siquiera Raymond y eso es lo que hará si frente a ella se va a coquetear con cualquier chica.
—Será mejor que bajemos, tu suegra te llama.
—Técnicamente no es mi suegra, no salgo con su hijo.
—Pero su nieta te dice mamá, eso te hace su nuera —dijo con tanta determinación que no me atreví a llevarle la contraria.

Al bajar, Athala y Greta estaban colocando la mesa, así que les ayudamos. Era sorprendente cómo nos habíamos acoplado en poco tiempo a esta familia, hasta Gemma parecía a gusto con todos. Solo faltaba Roxana, pero Greta la había justificado diciendo que tenía muchos deberes y era necesario que los terminara. Yo no le creí, y estaba segura que Gemma tampoco, Athala solo se había encogido de hombros.

La Ilusión de una Verdad |ECAP 1|Where stories live. Discover now