No me abandones

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-Alí-

Zehra entra tan cautelosamente a la habitación que apenas me doy cuenta, no quiero verla, o más bien si quiero, pero me duele pensar que ella también se irá, al igual que Suna, mi padre y Azad, ella también se irá, ella QUIERE irse.

- ¿Alí? – dice, me mantengo firme no la miro – Ya no estés enojado conmigo por favor – dice tristemente

- No estoy enojado contigo – respondo aún sin mirarla

- Actúas como si lo estuvieras – en sus palabras dolor

- Es necesario – la miro – también te irás – concluyo

- Tú podrías escapar también – me dedica una de sus gentiles sonrisas – luego, estando lejos podríamos vernos, ya sabes para pasar el rato

- No, a mí nunca me dejarían lograrlo, además no puedo dejar a mi madre, ella a veces me sofoca, no me comprende, pero es mi madre y ahora soy lo único que tiene – hago una pausa y suspiro – No quiero seguir sonando egoísta al decirte que me abandonarás y olvidarás

- ¿Cómo podría olvidar a mi futuro ex-esposo? – dice en tono divertido, me sorprendo, era la primera vez que ella hacía una broma al respecto, sonrío

- Eso sería lo mejor para tu salud mental – digo continuando la broma – olvidar al amargado bueno para nada de Alí Kirman

- No eres así

- Lo sé, soy genial – le guiño un ojo, toso y continúo – Quiero que seas libre, te lo mereces, eras tan buena e inteligente...., y sé bien que me quedaré sólo, ese es mi destino, ese es mi apellido

- Si realmente crees eso, entonces mi destino es ser la esposa joven – entristece un poco – siempre hemos fracasado al intentar ser libre

- No quise ponerlo de ese modo

- No lo pongas entonces – me mira con firmeza – no nos rendiremos, y seremos libres – sonríe – ¡Ambos! – agrega y yo asiento

- Es hora de dormir, descansa

- Descansa Ali

-Zehra-

La cama es amplia así que dormimos juntos, bueno él duerme, yo no logro conciliar el sueño pensando en todas esas cosas que habíamos hablado, me entristece saber que piensa que terminará solo, sin ser feliz o alguna vez amar.

Entonces lo escucho susurrar – Zehra, Zehra... no me abandones... ¡por favor no me abandones! – al tiempo una lágrima rueda por su rostro

Siento mi alma estrujar, instintivamente llevo mi pulgar hasta el mentón de Alí, donde la lágrima había muerto hace unos instantes, suavemente recorro el camino que marcó hasta donde nació, los ojos de él. De pronto, el corazón se me paraliza cuando siento una mano que sujeta con fuerza mi muñeca y esos ojos negros se abren de golpe, esos sus ojos me miran fijamente diciendo en silencio lo que él susurraba hace unos momentos; son solo segundos pero se sienten eternos... esos anhelantes, profundos y hermosos ojos oscuros, oscuros como la noche que nos cobija.

Inevitable amor (Zehrali)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora