Televisor

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Podía escuchar los gritos y los golpes, quería ser sordo y no escucharlos esta noche.
Tapaba mis oídos con mis manos y cerraba mis ojos, quería creer que nada era verdad, quería creer que estaba loco.

Encendía la TV, jamas quería volverlos a ver, pero estaban ahí, esperando por mi.
Soñaba con ser piloto y largarme lejos de aquí.

El extraño nunca se iba, porque le gustaban las lágrimas y podía alimentarse, del miedo y del dolor, podía destruir todo y pisar lo que quedó.

La cobardía era su nombre, cuando lanzaba un golpe, podía sentirse hombre.
Pero su teatro tenia que acabar, no volvería a dañar a nadie mas.
Sus manos fueron atadas, y se fue con el dolor por la puerta, nos encargamos de nunca dejarla abierta.

Nunca volvería con el alcohol en la boca, yo no volvería a ver su ojos rojos, ni su puño cerrado, esperando golpear mi pasado.

Tenia que encender el televisor, solo así podía huir, solo así podía saber que no era real, que pronto se iba a marchar, que su mano ya no me podía dañar, la esclavitud se acabó, y jamas iba a regresar.

Enciende el televisor y no vuelvas a la realidad...

Cuando Caiga La Ultima Hoja De Mi ÁrbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora