Capitulo 2:''Los fantasmas del pasado''.

850 68 8
                                    



-Eso estuvo cerca-Comente sin abrir los ojos. No me dolía nada, pero me sentía agotada.

-¿Cerca?-Escuche como Caroline bufaba-¡Casi morimos!

Era la primera vez que hablábamos luego de casi una hora conduciendo fuera de la ciudad. La tensión era tanta que asfixiaba.

-Cada vez son más fuertes-Gruñí sin poder evitarlo.

-¿Tú crees?-Abrí mis ojos y le di una mirada molesta.

-¿Por qué estás tan molesta?-Bufe mientras golpeaba la ventana.

-¿Cómo es que uno, logro casi matarte?-Me echo una mirada rápida.

-Técnicamente no me ''casi mato'' ya que la plata no me mata y ni siquiera logro rasguñarme con eso, supongo que me quería llevar inconsciente. Y si es por los golpes-Me rasque el cuero cabelludo con intensidad.-...No lo sé. El bastardo era fuerte, además de que me distraje, me confié, como quieras llamarlo. No esperaba una batalla brutal como esa. Pero parece ser que cada grupo que mandan es más fuerte que el anterior.

-Con excepciones.-Hablo Caroline más tranquila.-No podemos seguir haciendo esto Emily. Puede que a ti te llevaran inconsciente, pero a mí me querían muy muerta. La plata me mataría sin duda, y por si lo olvidas a mí fue la que le clavaron el cuchillo que te salvo.

-Lo sé-Cerré los ojos.-Por un momento creí que estábamos acabadas.

-Como sea-Mascullo la pelinegra-Tenemos que buscar un lugar donde quedarnos mientras pensamos en un nuevo plan.

-No tendremos mucho tiempo, están cerca-Hable más para mí que para ella.-El momento de la verdad nos persigue.

El silencio volvió a reinar en el auto. Continué con mis ojos cerrados mientras el cansancio hacia nuevamente presencia, y sin más, la oscuridad se extendió llevándome a un sueño profundo.



-Emily...-Una mano se posó sobre mi hombro y comenzó a zarandearme. Gruñí mientras abría los ojos.-Ya llegamos-Comento Caroline bajándose del auto

-¿Llegamos a dónde?-Hable para mi.

Fruncí el ceño mientras bajaba. Observe a mi alrededor, no había nada. Naturaleza y más naturaleza, y un fuerte sol que me iba a producir migraña.

-¿Estamos... donde?-Pregunte girando hacia Caroline. Mi ceño fue más profundo cuando vi una casa de varias plantas con un gran letrero en la entrada con la palabra; 'Hotel. 24/7'

-A nuestro hospedaje temporal-Caroline comenzó a caminar hacia la entrada y luego paso la puerta, se veía conforme.

Bufe mientras me apresuraba a entrar ya que el sol me estaba matando. Alce una ceja al ver un par de ancianos charlando con Caroline detrás de un mostrador. Esta, sonreía y hablaba con entusiasmo. Camine hasta posicionarme a su lado.

-¡Ya estás aquí!-Caroline me dedico una gran sonrisa. Estuve a punto de fruncir el ceño. Mi genio no era el mejor.-Ella es mi hermana; Emma.-Me presento a los viejos, les dedique una sonrisa que estaba segura parecía más una mueca diabólica. Y supongo que ellos también lo pensaron, ya que su cara no fue la mejor.

-No se parecen mucho-Comento el anciano mirándonos con detenimiento. Casi le falto poner una mano en su barbilla.-Una rubia y una pelinegra, quien lo diría.

-Me teñí de negro ya que el rubio era partidario de muchos comentarios.-Caroline hizo una mueca-Los típicos estereotipos, ya saben-La anciana asintió casi con pesar observándome.

-¿Ya tenemos habitación?-Estaba a punto de rodar los ojos de la forma más dramática posible.

-Si cariño-Hablo la anciana tendiéndome una llave-La habitación número 10, es para dos. Tu hermana dijo que compartirían.

-Por supuesto-Le dedique una sonrisa falsa y luego mire a Caroline-No podría pasar una noche lejos de ella. ¿Vienes hermana?

-Ya te alcanzo.-Me guiño un ojo.

-¿No te importaría traer las maletas verdad?-Comencé a caminar hacia las escaleras sin siquiera esperar su aprobación.

Necesitaba una cucharada de su propia medicina.

-Claro que no-Casi la escuche gruñir.

Sonreí internamente.

-No te tardes-Hable subiendo las escaleras hacia la segunda planta.

La primera puerta tenía el número 6, por lo que el 10 resulto siendo la última puerta de ese piso. Abrí la puerta y entre a la habitación observándolo todo, habían dos gloriosas camas y en medio de estas una mesita con una lámpara encima. Frente a mí, había una gran ventanal que ocupaba casi toda la pared y a sus esquinas colgaban unas cortinas. En la siguiente pared; frente a las camas, había un estante y encima un televisor pantalla plana. A su lado, una puerta, que suponía era el baño y en la pared siguiente, justo donde yo estaba, algo parecido a un armario. Toda la habitación era de color blanca y aunque era sencilla, el color le daba un toque elegante, lo que resultaba agradable.

Mi genio mejoro bastante cuando vi que había aire acondicionado. Cerré la puerta, lo encendí y enseguida, me tire en la cama más lejos de la ventana, marcándola ya como mía.

Un par de minutos después escuche voces acercándose y luego la puerta se abrió mostrándome a Caroline junto al anciano cargando nuestras maletas.

-Muchas gracias-Hablo Caroline sonriéndole. El anciano hizo un gesto restándole importancia mientras se daba la vuelta y se marchaba, sin decir ni una palabra.

La sonrisa de Caroline desapareció junto con él. Cerró la puerta y camino hasta la siguiente cama sin mirarme siquiera.

-Pareces de mal humor-Escuche un gruñido mientras se lanzaba a la cama.-Descuida, esta habitación te quita todos los males.

-Despiértame en un siglo.-Casi la escuche gemir mientras se acomodaba.

-Y luego la dramática soy yo-No recibí respuesta. Camine hasta el ventanal y baje las cortinas, dejando la habitación casi a oscuras.

¿Quién decía que no era buena persona?

Camine hasta al baño con una de mis maletas. Me urgía un baño urgente, sentía el sudor, sangre y mugre que me había dejado la pelea. Nos habíamos limpiado en el auto lo suficiente para no parecer unas desquiciadas y aunque parecía imposible lo habíamos logrado. Aun así, me sentía enferma.

Rápidamente me desvestí y entre a la ducha. El agua fría golpeo mi cuerpo haciéndome estremecer. Pero segundos después, era el paraíso.

Sin previo aviso, los recuerdos del día llegaron a mi mente haciéndome estremecer.

Caroline había estado cerca. De hecho, de no haber sido por ella, no estaríamos aquí. Aun no entendía como había permitido que uno lograra derribarme. Aunque era fuerte, no lo era más que yo. No era un vampiro, por lo que no entendía su fuerza tan fuera de lo común.

Un rápido pensamiento acerca de los cinco primeros vampiros rondo en mi cabeza, pero antes de que siquiera lograra invadirme, lo deseche sacudiendo mi cabeza.

<<No pienses en ellos...>>

Suspire y Me concentre en el baño. Así que luego de mucho jabón, masajes y agua. Salí de la ducha, abrí mi maleta y saque mi toalla, comencé a secar todo mi cuerpo y luego el exceso de agua de mi cabello. Tome algo de ropa y me la puse rápidamente. Termine de arreglarme un poco y finalmente Salí del baño. No sé cuánto tiempo dure allí, pero cuando me acerque a la ventana, ya había oscurecido.

<<Que venga lo que tenga que venir>>.







Descendencia VampiricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora