Youth

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"And when the lights start flashing like a photo booth and the stars exploding, we'll be fireproof; My youth, my youth is yours"
Había conseguido el trabajo, no podía evitar llenarme de sentimientos, por fin las cosas estaban saliendo bien, aun no conocía muchas indicaciones sobre lo que debía hacer en aquel lugar, pero se que me iba a adaptar rápidamente.
James
De 10 postuladas con bastante experiencia y deseos de trabajar escogí a quien no tiene mucho para dar, tal vez me deje llevar por mis impulsos, no lo se, puede que una parte de ni crea que es la indicada aunque nunca estoy seguro de mis elecciones, he fallado bastante, en especial con las mujeres, si no fuera así aun estaría casado y no me habrían engañado, pero en fin, lo único que me importa en este momento es mi hija, ella es el motor de mi vida, no se que haría si no la tuviera, a mis 28 años no podría pedir nada más...
Emma
A madrugar de nuevo.-Tomé mi celular y apague la alarma, salí de la habitación y tomé una ducha, me organicé un poco y alisté todo lo que necesitaba llevar.-Espero que sea un buen día.-Di un largo suspiro para luego salir de mi pequeño apartamento, llegar a la estación de autobús y finalmente a mi trabajo.
Era las 7 cuando golpeé la puerta de aquella mansión, al segundo me abrió un tipo bastante robusto, era de seguridad, ¿Por qué el señor Blake tenía tanta seguridad? ¿Acaso escondía algo?, no lo se, era bastante extraño.
-Buenos días, vengo para mi primer día de trabajo.-Dije seriamente, con un tono profesional.
-¿Emma Gallagher?.-Preguntó observándome minuciosamente.-Así es, ¿Puedo pasar?.-Miré hacia la sala, preguntándome donde estaba el señor Blake, tal vez no me dejarían entrar.-Pase, el señor la espera en la sala.-Gracias.-Sin decir nada más entre y busque la sala.
-Señorita Gallagher, es un placer verla, se nota que es bastante puntual.-Tenia una pequeña sonrisa en su rostro, eso lo hacia ver más guapo.-Intento serlo, de verdad me interesa el trabajo.-Miraba para todas parte, debía evitar hacer contacto con sus ojos.-¿Que tan entregada esta usted a este trabajo?.-Arqueó una ceja y fijo su mirada en mi, de un momento a otro comencé a temblar.-Totalmente entregada.-Sentencié.-Bien, entonces puede ir por su ropa esta noche porque ahora vive aquí.
¿QUEEE?, no sabia que esa era una de las condiciones, no me molestaba, dejaría de pagar renta, pero todo era tan repentino que no sabia como actuar.
-De acuerdo.-Di un leve respiro.-Recuerde que su labor es educar a mi hija, debe enseñarle todo lo que considere necesario, ella quiere aprender a leer, solo tiene 6 años, es bastante sensible y muy charladora, demasiado, solo asegúrese de que este bien y coma sus vegetales , yo no estaré acá durante dos días así que ella le pedirá que me llame.-Me pasó una libreta.-Aquí están los números necesarios, si van a salir se comunican con mi jefe de seguridad, Marvin, creo que eso es todo, la llevaré a que la conozca.
Era inevitable pensar que aquel hombre tan reservado era un buen padre, se preocupaba mucho por su pequeña, yo simplemente asentí ante sus ordenes y lo seguí hasta una habitación, en ese momento no abrió una hermosa niña de 6 años, tenia cabello castaño, pero sus ojos eran iguales a los de su padre, pude notar como él se emocionaba solo con tenerla cerca.
-¡Papi!.-Saltó a sus brazos y besó su mejilla.-Mi princesa, ¿Estas lista para tu primer día de clase?.-Acarició suavemente su cabello.-¡Demasiado!.-Bueno, eso espero, te quiero presentar a Emma, ella será tu maestra, tienes que hacerle caso y portarte muy juiciosa, yo tengo un viaje de negocios pero volveré en 3 días, te lo prometo.-Su voz se rompió un poco al ver como su hija se ponía triste, no pude evitar entrometerme en la conversación.-Mientras tu padre no esta nos vamos a divertir demasiado y lo llamaremos todas las noches, así no lo vas a extrañar tanto, te lo prometo.-En ese instante ella sonrió y abrazó a su padre.-Te amo.-Besó su mejilla.-Te amo más, la abrazó de nuevo y luego la bajo de sus brazos.
Así que ahora éramos solo nosotras dos, la entre a la habitación que estaba decorada como un salón de clases.
-Buenos días Leah, yo soy Emma y hoy es nuestra primera clase, así que...¿Te gustaría hacer algo divertido?.
-¿Hablas enserio?.-Me sonrió.
-¡Claro que si!, tenemos todo el día para aprender y divertirnos.
-Creí que ibas a ser un poco molesta, eso dicen mis primos acerca de sus profesoras.
-¿También estudian en casa?
-No, creo que soy la única...tal vez no sea malo.           
-Vamos a hacer que esto sea de lo más divertido, leeremos bastantes libros y haremos que las matemáticas se vean sencillas.
-¿Promesa?
-Promesa.-Le sonreí.
-¿Que te parece si organizamos un horario?
-¡Si!
-Vale, entonces en la mañana haremos dos horas de matemáticas, luego tomaremos un descaso, después haremos dos horas de artística y una de biología, cuando yo sea de tarde realizaremos antes de que te duermas una hora de lectura, por ahora tenemos esto, ¿Te parece?.
-Si, ¿Comenzamos ya?.
-Por supuesto, Lo primero que haremos será ver una película de Disney acerca de las matemáticas, ¿Te gustan las películas?.
-Me encantan, ¿Podemos verla en mi habitación?.
-Si, vamos.-Fuimos juntas a su cuarto donde pude poner la película, era muy divertido tenerla cerca, sentía que esto no era trabajo.
-Hoy vienen mis primos, me gusta que estén acá, aveces me siento sola.
-Ahora yo estoy acá, así no te sentirás de esa manera de nuevo.
-Me caes bien.
-Me alegra caerte bien, pero...
-¿Pero?...
-¿Sabes a quien no le caes bien?
-¿A quien?
-Al monstruo de las cosquillas.-Me acerqué a ella y le hice cosquillas, no evitaba reírse, era muy adorable.
Unas horas después llegaron sus primos acompañados de su padre, hermano de James, digo, el señor Blake; era muy parecido a su hermano, solo que no tan serio.
-¿Eres Emma?.-Se acercó a mi mientras los niños se alejaban para jugar.
-Si, así es, Buenas tardes señor Blake.
-Oh por favor, sin formalidades, dime Paul.
-Esta bien, Paul.
-¿Cómo te ha ido en tu nuevo trabajo?, ¿Jefe exigente?
-No me puedo quejar, es un muy buen trabajo.
-Lo se, mi sobrina es maravillosa.
-Si, es toda una princesita consentida.
-Bastante, James se preocupa mucho por ella.
-Es su deber como padre, creo que lo hace muy bien.
-Demasiado bien, mira, mis hijos estarán un rato acá, así que luego paso por ellos.
-De acuerdo.
-Nos vemos luego Emma.-Besó mi mejilla y se fue, ¿Era solo cortesía?.
James
Emma era la persona indicada para cuidar de mi pequeña Leah, sabia que se llevarían bien, yo estaba muy ocupado así que con ella en casa sentía más tranquilidad, no entendía el motivo, ella era una mujer joven, 21 años, bello cabello castaño, ojos marrones y sonrisa encantadora, la clase de chica que me hacia perder el control....
Mi teléfono sonó, mi primer pensamiento fue en que podía ser Emma, tal vez Leah quería saludarme pero no fue así.
-Hermanito.-Era James, mi insoportable hermano mayor, padre de 3 niños pequeños mejor conocido como los engendros del diablo.
-Hola Paul.
-¿Por que tan serio?
-No es nada, solo estoy ocupado, quiero terminar rápido para regresar a casa antes de 3 días.
-Ah, ya veo, quería preguntarte algo.
-De acuerdo, se breve.
-¿Esta mal si invito a salir a Emma?, es bastante linda, tan buena con los niños, su personalidad es increíble.   
-¿Por qué me preguntas eso?.-Me llene de ganas de golpearlo.
-Eres su jefe.
-Su vida amorosa no me incumbe.
-Ush, lo siento.
-Desde que ella no deje a mi hija por salir contigo todo esta bien.-Colgué
Soy una persona impulsiva, celosa y posesiva, Emma es solo una empleada, no se porque me importa tanto que salga con el idiota de mi hermano, después de todo ni me atrae.

Chasing CarsWhere stories live. Discover now