Parte 1

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HyukJae se había trasladado a las tierras de cultivo de la gran ciudad cuando sus padres murieron. Su hermana ya se había casado y tenía una familia en el extranjero. HyukJae tenía diecisiete años y no tenía a dónde ir con excepción de los amigos de la familia, Heechul y Hangeng.

Los hombres eran muchos mayores que HyukJae, veintiséis años para ser exactos, pero se lo llevaron. Debido a la granja de arroz de Hangeng, HyukJae tuvo que irse fuera de la ciudad con los dos.

Ha estado viviendo ahí desde hace dos meses, tomando diariamente el metro desde la escuela en la ciudad hasta su casa. El viaje era tranquila y siempre había tiempo para pensar sobre sí mismo.

Sin embargo, este día en particular no sería igual que los anteriores.

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HyukJae se sujetó firmemente del poste delante de él cuando el metro comenzó a avanzar nuevamente. El lugar estaba repleto hasta el punto de que todos ahí eran empujados el uno contra el otro. HyukJae aumentó la presión en el poste para evitar caer o ser empujado hacia atrás con la multitud.

De pronto, sintió que el tren frenó bruscamente y sintió el chirrido de las rieles lastimando sus oídos. Las puertas se abrieron, como si el conductor las obligara a recibir a más pasajeros. A medida que las personas pasaban cerca de HyukJae, estas lo empujaban violentamente, causando que tropiece con su propio pie y se vea girando 360 grados alrededor del poste antes de aterrizar en un asiento.

Él parpadeó.

El asiento debajo de él se movió.

Fue entonces cuando el chico se dio cuenta de que no estaba en un asiento, sino en el regazo de un hombre.

Inmediatamente se sonrojó y estaba a punto de pararse cuando se dio cuenta que no había ningún espacio donde ponerse de pie.

–Mierda. –Maldijo HyukJae sintiendo la incomodidad entre los dos– U-um... lo siento por esto. –Simplemente susurró, demasiado avergonzado como para mirar el rostro del hombre.

–No me importa

HyukJae se sonrojó más ni bien escuchó la respuesta del hombre.

HyukJae gritó en su interior. Estaba completamente avergonzado, más allá de todas las palabras.

–Estoy realmente complacido de que hayas caído. –Las orejas del chico temblaron al oír el susurro en el oído.

Él simplemente pasó saliva sintiendo la caliente respiración en su cuello.

–He estado viendo tu atractivo culo desde hace un tiempo.

Los ojos de HyukJae se hicieron más amplios.

–¿D-disculpe? –Hyukjae trató de buscar algún espacio para ponerse de pie, pero fue en vano.

Se movió un poco tratando de poner su pie entre las personas para proporcionar algún espacio.

–Ngh –Se congeló ante el susurro de un gemido.– Sigue moviéndote así y terminaré follándote aquí mismo.

La cara de HyukJae se puso roja, estaba asustado, su cuerpo temblaba y tenía la piel de gallina. Se quedó sin aliento cuando algo tocó su trasero.

Su cabeza giró y examinó a la multitud por si había ojos observándolo

–P-por favor, de-deténgase. –Tartamudeaba

Cuando el metro se detuvo en otra estación, HyukJae observó a algunos pasajeros bajar empujándose igual que antes. Empujó las manos del hombre anónimo y se paró.

Se sentía sucio.

HyukJae, sin mirar el rostro del hombre, corrió hacia la puerta y bajó del tren.

Se agarró la camiseta sintiendo miedo.

A medida que avanzaba el camino a casa, aún podía sentir la presencia de la caliente respiración del desconocido en su cuello. Se golpeó el lugar y trató de frotarlo a pesar de que no había nada, solo para terminar haciéndolo otra vez. Él sabía que no había nada ahí, pero la sensación de la otra respiración lo inquietaba.

–¿Cómo estuvo la escuela? –Su amigo y compañero de cuarto, Heechul, le preguntó en la puerta.

HyukJae se cuestionó si debía hablar sobre el incidente en el metro con su hyung. Decidió que no, ya que no fue tan drástico.

–Estuvo aburrida como siempre. –Suspiró.

–Bueno, está bien. ¡Esta noche beberemos hasta caer muertos! –Heechul levantó su lata de cerveza y rió.

HyukJae no bebía.

Su amigo seguro que sí.

Era extraña la notable diferencia en sus personalidades, pero aún así eran amigos cercanos.

–Hyung, sabes que no bebo. –El muchacho hizo un puchero, cruzando los brazos.

–Esa es la razón por la que no tienes novio.– Heechul se quejó, dejándose caer en el sillón negro y encendiendo el televisor.

HyukJae hizo un puchero.

Beber no tenía nada que ver con que tuviera novio o no.

El chico se frotó las sienes.

Era esos momentos cuando deseaba encerrar a su hyung en su cuarto y luego tirar las llaves lejos.

–Ven aquí. –Levantó los ojos para ver a Heechul haciéndole señas con un dedo.

HyukJae suspiró sonrojado y fue hacia el sofá.

–Está borracho de nuevo. –Se recordó mentalmente.

Una vez que HyukJae se acercó a Heechul, este lo cogió del brazo y acercó su cuerpo hasta que sus cabezas quedaran aplastadas.

–Ay hyung, ¿qué demonios? Eso duele!. –El chico se quejó, sobándose debido al dolor.

–Aish.. Hijo de puta. –Maldijo Heechul.

Se sujetó de HyukJae y lo besó bruscamente. HyukJae cayó encima del cuerpo del otro y cerró los ojos.

Podía sentir la cerveza en la lengua de Heechul.

HyukJae gimió y se alejó de él cuando le empezó a faltar el aire.

–¡Ay! ¡Hyung pedófilo! Es suficiente. ¡Estás borracho! –Se puso de pie y caminó alrededor, rechazando el sabor en sus labios.

De pronto escuchó un crujido de nudillos y volteó lentamente.

Heechul se puso de pie cerca a HyukJae, con su aura oscura y fría.

–¿Pedófilo quién? Perra, ¿no eres tú el que me lo pidió? –Heechul gritó, empujó a HyukJae en la alfombra y comenzó a pisotearlo.

HyukJae gimió, pero se reía mientras fingía un grito de ayuda.

–¡No, yo no! Hyung, ¡le diré a Hangeng hyung sobre esto si no te detienes! –Amenazaba HyukJae.

Como si sus súplicas hubieran sido escuchadas, el pomo de la puerta se giró y los dos 'niños' miraron al hombre chino que caminaba tranquilamente con dos bolsas de alimentos en la mano izquierda. Este miró hacia arriba desde la puerta y se quedó sin aliento al ver lo que estaba pasando.

–Heechul, pequeña bruja, ¡bájate de HyukJae! –El hombre dejó las bolsas en el suelo y jaló a Heechul de su oído.

HyukJae se rió al ver la disputa de los dos amantes. No tenía ninguna relación seria con Heechul, pero dejaba que su hyung lo besara cuando estaba borracho, lo cual era un acuerdo y un problema.

Heechul siempre se emborrachaba y no podía controlarse.

HyukJae y Hangeng habían llegado a un acuerdo.

Al día siguiente, cuando HyukJae entró en el metro, cruzó los dedos esperando que sea un viaje seguro hacia la escuela y de regreso. Se movió entre la multitud, evitando posibles manos que lo molestaran, hasta que vio una esquina vacía entre las puertas y un asiento a su derecha.

Rápidamente pasó entre los pasajeros y se quedó en esa esquina hasta que llegara su parada. Felizmente, bajó del metro y se dirigió a la escuela.

Tendría que encontrar un espacio allí también cuando regresara.

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–¡Nos vemos mañana Kibum! –gritó HyukJae cuando giraba la esquina de la escuela.

Se dirigió a la estación del metro, pero se detuvo en una tienda para comprar su bebida favorita antes de esperar en su terminal.

HyukJae se aseguró de cubrirse bien, incluso bajó su bolso para que le cubriera el trasero.

No pensaba dejar que algo así sucediera con él de nuevo, de ninguna manera.

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Cuando el tren se detuvo de nuevo, el fue automáticamente arrastrado hacia adentro por la multitud de pasajeros que empujaba para entrar. HyukJae soltó el poste y se abrió paso entre una gran dama antes de llegar a su esquina. Suspiró con alivio al ver que su sitio no había sido tomado y sonrió más ya que todo el mundo estaba de espaldas a él. Esto hizo más fácil para él saber quién podría acercársele y quien no.

HyukJae se quitó la mochila y abrió la cremallera superior, logrando alcanzar su leche de fresa y una pajilla. El deslizó la pajilla en la caja de cartón antes de meterla en su boca.

Se apoyó en las paredes del tren y cerró los ojos disfrutando de la fresca bebida.

Él suspiró.

–Bueno, ¿acaso no te ves delicioso? –Sus ojos inmediatamente se abrieron cuando escuchó esa voz familiar.

HyukJae encontró con un amplio y tonificado pecho en su rostro. Se dio cuenta de que estaba atrapado.

Este extraño estaba demasiado cerca para la comodidad de HyukJae.

–¿C-cuando tú...!? –HyukJae se quedó sin aliento, asustado.

El desconocido tenía el brazo apoyado en la pared con el codo doblado sobre la cabeza de HyukJae, mientras que la otra mano estaba en el bolsillo del pantalón.

Tenía el mentón por encima del rostro de HyukJae, por lo que era imposible para HyukJae ver su rostro.

–¡A-aléjese! –HyukJae tartamudeó, pegándose más a las paredes del tren.

Oyó la risa del otro.

–Me temo que no puedo hacer eso. –El hombre bromeó.

HyukJae se quedó sin aliento cuando sintió unas manos frías debajo de la camisa.

El empezó a temblar, no porque las manos del extraño estuvieran frías, sino porque estaba asustado

[HaeHyuk] He sido atrapado por tiWhere stories live. Discover now