Casada con mi Enemigo

Capitulo 1

ANNA

Miro por la ventanilla que se encuentra a mi lado, faltan apenas algunos minutos para el aterrizaje. Una mezcla de emociones inunda mi cuerpo, por un lado la ilusión de volver a pisar el suelo de mi país después de 8 años de estar en Europa; y por el otro una enorme curiosidad por saber porque mis padres insistieron tanto en que volviera a Argentina, y pese a que me canse de preguntarles cual era el motivo tan importante por el que me necesitaban acá en todo momento se limitaron a decir que me lo explicarían una vez que llegara a casa.

Es raro y un poco angustiante volver al lugar del que me escape una vez cuando apenas tenía 15 años porque no podía soportar la humillación de ser el hazme reír de la escuela. Mi adolescencia no fue nada fácil, no era la más bonita ni tenía un gran carácter, no tenía que ser una experta de cómo ser mujer porque apenas era una niña que estaba entrando en una nueva etapa de la vida con muchas cosas por descubrir.

Me gustaba mucho leer y amaba las historias de amor, mamá siempre me decía que yo había salido de un cuento de hadas y que algún día encontraría a mi príncipe azul. En realidad estaba bastante equivocada porque a las princesas las quiere todo el mundo y yo apenas tenía a mi mejor amiga Nora con quien pasar esos terribles días de escuela en lo que iba sin saber que era lo que ÉL me tenía preparado esa vez.

ÉL, el chico que me hacia la vida miserable solo para ser el centro de atención de sus amigos. No volví a mencionar su nombre desde que me fui a Europa, porque precisamente me iba para olvidarme de todo lo que me hizo. Alexander Gabbana, ese es el nombre de quien todavía forma parte de mis pesadillas por las noches. Era el rey de la escuela, todos lo adoraban al mismo tiempo que le temían, y es que según decían hacia las mejores fiestas y las más descontroladas (y uso el termino decían por jamás me invitó a sus fiestas, hasta Nora pudo entran a un par de ellas pero mi nombre NUNCA estaba en sus famosas listas). Era el sexy chico que tenía a todas suspirando por él y es que, además de ser un dios griego y el mejor deportista tenía esa faceta de chico malo que a todas las enamoraba y que yo odiaba. Claro que lo odiaba porque descargaba toda su maldad contra mi persona... yo la chica invisible que no se metía con nadie para no ser el blanco de sus bromas, pero parece que él no pensaba lo mismo y me eligió a mí para torturarme.

Pero todo esto no termina ahí, porque no solo tenía que soportar a Alex en la escuela sino que también en las reuniones familiares... ¡si leyeron bien! Mi padre y su padre el señor Víctor Gabbana eran socios, juntos eran dueños de una de las revistas femeninas más importantes del país: Belladonna (Que en italiano quiere decir "Mujer Hermosa"). La revista fue fundada por mi abuelo y el de Alex, y luego la heredaron sus hijos, por lo que el vínculo de los Gabanna y los Sabbatello vine de tiempos legendarios.

Como nuestras familias siempre se llevaron bien era muy común que se realizaran reuniones durante los fines de semana organizados por mi mamá y la señora Julia Gabbana, quienes eran grandes amigas.

Cuando éramos niños Alex y yo no nos llevábamos tan mal... en realidad no nos prestábamos atención, cada uno estaba en su mundo y en sus cosas, además él era dos años mayor que yo asique no teníamos muchas cosas en común. Pero todo cambio el día que entré al secundario, yo tenía 13 años y él 15. Al principio eran solo miradas burlonas y risitas cuando pasaba cerca de él y su amigos, a mí la verdad es que no me movía un pelo porque su opinión sobre mí no me importaba; y creo Alex se dio cuenta de eso porque poco después empezó a molestarme con bromas estúpidas como esconderme mi mochila o tirarme papeles en el recreo , ya empezaba a fastidiarme porque sus juegos se iban volviendo constantes pero podía manejarlo, en el fondo sabia era un idiota asique pensé que si lo ignoraba se cansaría e iría a molestar a otro. Y efectivamente así fue porque después de un tiempo se olvidó de mí y dejó de molestarme.