CAPITULO UNO.

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Tres meses antes.

Hoy es el cumpleaños de mi padre, lo que significa que es una noche en la cual no dormiré, el todo lo quiere celebrar a lo grande, y en la noche de su cumpleaños no iba a ser la excepción.

La cantidad de personas qué hay en mi casa en este momento es incontable, no cabe ni una persona más.

Mi padre es muy conocido en el pueblo, el muy nombrado "Abigail", y si, me llamo igual que mi padre, de hecho todos mis hermanos se llaman como el, Abigail es el segundo nombre de todos nosotros.

Somos seis hermanos, tres mujeres y tres hombres.

Santiago, Isabel y yo somos los menores.

Mario, Yesica y Jonny son los mayores.

Mi primer nombre es Esther, pero todos me llaman de Abigail.

Siempre pido que me llamen Esther, pero mi familia hace caso omiso a mi petición.

—Abigail —Susurra Isabel —Mira quién a venido a la fiesta, nada más y nada menos que Alex.

Alex... Un amigo cercano de mi Padre, el cual me intimida de una manera increíble, era mucho mayor que yo, el tiene treinta y un.

Siempre que nos viene a visitar algo dentro de mi se incomoda, el me mira de pies a cabeza analizando cada parte de mi como si fuese un objeto, es bastante desagradable la verdad.

Según Isabel, el gusta de mi, pero yo prefiero no pensar eso, porque es un hombre bastante mayor, con esposa e hijas, no puede gustar de mi, podría ser su hija o algo así, además tengo que acotar que no es en lo mínimo atractivo.

—Abigail... Como has crecido, hace nada eras una niña y ya eres toda una adolescente.

—Buenas noches Sr. Alex, pues si. —Me limito a responder.

El me observa como de costumbre y ya me comienzo a sentir lo suficientemente incomodada.

—Isabel, tengo sed, vamos por un refresco. —Le digo a mi hermana tomándola del brazo y arrastrándola conmigo hacia la mesa de bocadillos, lo suficientemente lejos de Alex.

—Pe... Pero Abigail, calma. —Reprocha mi hermana —El Sr. Alex estaba siendo amigable.

—Amigable nada Isabel, no paraba de ver mis pechos, fue lo suficientemente incómodo.

—Quizás le pareces sexy.

—Isabel, ten en cuenta esto, es un hombre, casado y con dos hijas. Y no me parece en lo más mínimo atractivo, así que puedes pisar tierra y dejar de vivir en tu mundo de fantasías.

Isabel se limita a colocar los ojos en blanco y toma su bebida.

Isabel es mayor que yo, pero en ocasiones pienso que yo soy mayor que ella, no sé porque, quizás soy un poco más madura, quién sabe.

***

La noche avanza, yo he tomado muchos vasos de refresco, al punto de que mi barriga ya parece una pelota de futbol.

Son casi las doce de la noche y esta fiesta parece no tener fin, por lo general suelen terminar a las seis de la mañana, mi padre suele decir una fiesta debe terminar solo cuando el sol sale.

Yo estoy muriéndome de sueño, voy en busca de Isabel para ir a dormir cuando alguien me toma por el brazo y me arrastra, Alex.

—Señor Alex, ¿que le pasa?

—Tu vienes conmigo pequeña.

Mi corazón comienza a latir al punto que creo que me voy a desmayar.

—Pe... Pe... Pero.

—Cállate y sube al auto, es una orden.

Las lágrimas comienzan a salir y mi corazón está casi saliendo por mi boca.

Me subo al auto y las lágrimas nublan mi visión, no sé que es lo que esta pasando ni lo que está por pasar, no comprendo nada.

Puedo sentir que Alex sube al auto, enciende el motor y abrocha el cinturón.

—¿A donde vamos? —Pregunto en medio de sollozos.

—Solo cállate y abróchate el cinturón, no hagas ninguna pregunta y mantente en lo posible quieta.

Le dedico este capítulo a mi fiel lectora: Dash ❤️️

ABIGAILWhere stories live. Discover now