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      AL DÍA SIGUIENTE A ELLO SE encargaron de empacar las cosas de la casa, esa misma tarde tres hombres subieron las cajas al camión para transportarlas a la nueva casa. Elena caminaba por la casa en busca de cualquier cosa que pudiera quedarse allí.

Por otro lado estaba Emily, quién estaba sentada en el patio esperando a que todo estuviera bien para irse. Estaba muy emocionada por tener una nueva casa, la extrañaría un poco al igual que el escondite en la escuela, pero luego pensaba en lo positivo de todo, tendría nuevos amigos y una nueva maestra, además de un ambiente diferente donde tener aventuras. Donde no podría ver aquel hombre de nuevo.

—Así que, te mudas. —Dijo Leo mientras le daba una mirada a Elena quien recorría la casa.

Emily asintió viéndolo unos segundos antes de volver la vista a la calle donde el camión ya se había retirado.

—¿Tú te iras cierto? —En el poco tiempo que llevaban conociéndose y jugando le había tomado cariño, después de todo era al único que podía considerar su amigo. Sin contar a su madre.

—No, yo me iré contigo —Aclaro con diversión, Emily se sorprendió por su respuesta—. Será divertido, he estado vagando por todos lados solo, un poco de compañía no hará daño. Además, por alguna razón no puedo irme de tu lado, así que considerame como...tu ángel guardián. —Dijo con diversión mientras le daba una pequeña sonrisa.

Emily le devolvió la mirada con emoción. Todavía podría tener un amigo a pesar de la nueva casa.

—¡Eso es excelente! —Exclamó emocionada mientras se levantaba de un salto—. Te abrazaría pero... eres un fantasma, no puedo decir. —Ambos soltaron una carcajada.

—Emily es hora de irnos. —Gritó Elena desde la puerta que daba al jardín.

—Hasta luego Emily. —Se despidió desapareciendo de allí.

Emily fue junto a su madre y ambas se subieron al auto, Emily le dio una última mirada a la casa, como si se despidiera de ella antes de que su madre arrancara el auto en dirección a su nuevo hogar.

• • •

Luego de dos horas de viaje, en las que Emily se durmió en todo el camino, llegaron a la nueva ciudad. Ella despertó en cuanto sintió que el auto reducía la velocidad por lo que contempló todo por la ventana. Las luces iluminaban las calles, las persona caminaban de un lado a otra y las luces de las tiendas le daba un lindo toque al paisaje. Las casas eran de varios tamaños, tanto grandes como pequeños, pero todas tenían ese toque hogareño y tierno que le gustaba cada vez más.

Pensó en cómo sería su casa, e incluso pensó en cómo sería su escuela teniendo muchas ganas de ir y conocer niños para jugar. Su mamá, en cuanto la vio despierta, comenzó a hablar preguntándole en como creía que sería la nueva casa, ella respondía animada hasta que llegaron a una pequeña residencia.

La gran puerta de seguridad se abrió dejándoles paso, Emily miro como todas las casas eran pequeñas y decoradas con lindos jardines, se alegró al ver niños jugar con balones o con otros juegos y vio a vario de los que supuso eran sus padres hablar entre ellos. Luego de unos segundos llegaron a la casa, su madre estacionó el auto en el lugar que tenía la casa para estacionar y ambas bajaron para observar la casa.

Emily miró encantada el lugar donde viviría, era de un color beige algo oscuro pero que tenía su encanto, dos ventanas pequeñas la decoraban y una puerta de madera color blanca destacaba entre ambas, tenía dos pilares de una hermosa piedra le daba ese toque rustico pero las tejas del techo hacían verla adorable además del jardín muy bien cuidado hacia que se viera aún más bonita.

Elena tomó de la mano a su hija y camino entrando a su nuevo hogar, Emily miró el lugar con impresión el lugar se veía pequeño desde afuera pero adentro tenía suficiente espacio para sus cosas, el diseño era moderno pero combinaba con los colores más opacos y rústicos, empezó a correr por el lugar pasando por la cocina notando una puerta de cristal, la abrió cuidadosamente y observó el jardín, había una pequeña mesa y un pequeño patio en donde podría jugar. Elena la siguió varios pasos atrás y se arrodillo a su lado en cuanto esta se detuvo.

—¿Te gusta la nueva casa? —Emily la miró y sonrió.

—¡Me encanta! —Exclamó abrazándola emocionada.

—Qué bueno que te gustara mi amor. —Dijo devolviendo el abrazo que recibía de Su pequeña—. Iré a bajar las cajas y luego ambas iremos a dormir, mañana será un largo día. —Ella asintió y ambas cargaron las cajas hasta la casa.

Al terminar sacaron algunos pijamas y sabanas de las cajas y se acomodaron en la habitación principal. Estaban tan cansadas que a los pocos segundos de acostarse se quedaron dormidas. Mañana sería un nuevo día, un nuevo comienzo. 

 

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EMILY • COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora