El amor y otras drogas

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Nunca me cansare de repetir que no tengo ni puta idea del amor, puede que algún día consiga entenderos cuando decís desde que se parece mucho a reír por cualquier tontería hasta estar drogado. Quizás entonces os entienda cuando afirmáis que sus besos son tan necesarios como el aire para respirar, que alguien sea el relleno para el lugar más oscuro y vacío de vuestra alma y que su sonrisa sea tu mayor ambición. No comprendo como podéis sentirte orgullosa de decir que te has llevado a todos los tíos al huerto; que el amor es usar a alguien como pañuelo o que "un clavo saca a otro clavo". Quizás sea porque soy todas esas canciones que tarareo mientras camino sola por la calle, y también las que grito cuando suenan a todo volumen en el bar en que nos conocimos, soy todo eso que aún me queda por leer y aprovecho para agradecerle a mi padre que fue el primer hombre que me destrozo el corazón. Me bebería todas las cubetas de aquel bar y seguiría sin ser capaz de besar otros labios que no sean los tuyos, mira quien te lo dice; la borracha que no tiene ni puta idea del amor. La chica que no necesita más que una botella de vodka y su canción preferida a todo volumen para ser feliz y olvidarse del resto. Pero es que tú me abrazas tan fuerte que unes los pedazos de mi corazón que estaban más cerca de caer en él abismo, haciendo sonar esto como una de esas cursilerías baratas de las que no creo.

Hoy le os vengo a hablar de los que no creen en el amor, sobre todo de aquellos que alguna vez lo hicieron y se llevaron la hostia de su vida. De aquellos afortunados que se salvaron de caer en la maldita trampa que eres, que son todas esa persuasiones y convicciones que te componen, de esa sonrisa devoradora y vicios que me hizo creer en las jodidas metáforas y poesías y me puso a escribir acerca de ti en cada renglón de las canciones que compongo, que me hizo sentir como se supone que deben hacerte sentir los alucinógenos, las drogas de pacotilla del pijo de la esquina de la tercera cuadra después de aquel lugar de donde me perdiste o te perdiste, o sencilla y jodidamente te perdí y me perdí. Pero a saber cómo porque no me tuviste y en contra de mi ebrio orgullo nunca te tuve; porque te esparciste entre los recuerdos vagos del primer día en que me viste y reconociste en mi un alma rota, quizás por los cristales de la botella de whiskey que quebré en mi habitación o por las filosas de sus palabras cuando me dijo "te amo" por primera vez. Pobre e iluso hombre que creyó en el amor y que podía transformarlo en algo diferente a palabras.


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⏰ Last updated: Oct 01, 2016 ⏰

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Despiertame cuando septiembre acabeWhere stories live. Discover now