june.

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Yixing se sorprendió cuándo la puerta de su consultorio se abrió con algo de estruendo antes de ser llenado de desconsolados berridos que serían capaz de romper el corazón a cualquier ser humano.



Levantó la mirada para encontrarse con una imagen atípica por completo pero que no dejaba de ser tierna de cierta manera. SeHun parecía tener un rostro consternado mientras todo su ser parecía pedir auxilio a gritos, apretando contra su pecho a la pequeña dueña de aquellos sollozos inacabables.



— ¿Sehun que ocurre? ¿June está bien?



— No lo sé Yixing, no ha parado de llorar en todo el camino. Estoy asustado, ayúdame por favor, estoy a punto de llorar junto a ella porque no sé que es lo que tiene.



El nombrado se acercó a él con rapidez, ayudándolo a quitarse el canguro en el cuál movilizaba a su pequeña, retirándola con cuidado y entregándola al pediatra que no demoró ni un segundo en recostarla sobre una pequeña mesa acolchada especial para pequeños como ella. Apartando las mantas que la cubrían, empezó a revisarla minuciosamente mientras intentaba calmarla.



— Shh, no llores más princesa. Estás asustando a papá, encontraré que es lo que tienes pero tranquila. Junie, shh~.



Empezó a canturrear mientras en medio de tiernas caricias, calmaba lentamente a la pequeña, notando rápidamente la coloración en su piel, las pequeñas manchitas en su cuerpo le dieron una respuesta rápida que hasta lo hizo sonreír, acariciando las mismas con cuidado antes de notar que la pequeña se calmaba por completo.



— ¿La han sacado al sol o algo parecido?



SeHun mantuvo una expresión confundida antes de darse cuenta que tenía que responder a la pregunta, haciendo un estudio rápido en su memoria.



— No hemos salido del departamento en todo el día, ayer JunMyeon la sacó a pasear pero fue solo un momento en la tarde porque hacía mucho calor.



— Tiene sarpullido, SeHun, tranquilo. Es algo común pero debieron tener cuidado, le picaba mucho la piel y cómo no puede hacer nada sólo atinó a llorar.



El más alto se acercó a su hija, soltando un suspiro mientras limpiaba las gordas mejillas de todas las lágrimas que había soltado. Se dio cuenta que Yixing los había dejado solo para buscar en uno de los armarios algo que al parecer ayudaría a su pequeña.



— Lo siento conejita, lo lamento mi amor. No te sacaremos al sol y serás tan pálido cómo tu mami pero no importará, no llores más.

months ; exo (with kids)Where stories live. Discover now