Allí estaba yo...

Normalmente mis compañeros me miraban con mofa, con burla, se dedicaban a humillarme públicamente.

Pero, aquel día era distinto, no había rastro de risas en sus miradas, estas las habían sustituido por...temor?

Esos compañeros que se reían diariamente de mi ahora me temían? Enserio?

Todo era confuso, buscaba respuestas en las miradas de mi alrededor, sin éxito alguno. Hasta que acabé observando mi reflejo en el cristal del gimnasio.

Ahí estaba yo,

Con mi uniforme, con mis trenzas,

Con mi pulsera favorita.

Ahí estaba yo,

Sonriendo,

Con mi ojos impregnados de odio

Ahí estaba yo,

Cubierta de sangre.

Pequeños fragmentos de memoria se hicieron presentes haciéndome recordar lo sucedido.

Podía verlos, a mis estimados compañeros, suplicandome por sus vidas mientras me miraban atemorizados.

Me dedicaba a observarles retorciéndose del dolor que yo misma había provocado. Sonreía al verlos de aquella manera tan patética. Realmente disfrutaba ese momento.

Sentía que era libre al fin, ya no habría más sufrimiento, ya que los causantes estaban ya muertos o les faltaba poco para estarlo.

Reí, como hacía años que no reía. Dejé caer el cuchillo de mi mano y contemplé por última vez los cuerpos ya immobiles de los que una vez fueron mis compañeros de clase.

Desperté.

Rápidamente puse atención a mis manos en busca de sangre. Ni rastro.

Solo había sido un sueño. Me vestí y me miré en el espejo.

Ahí estaba yo

Con mi uniforme, con mis trenzas

Con mi pulsera favorita

Ahí estaba yo

Seria

Con mis ojos impregnados de odio

Ahí estaba yo

De vuelta a mi pesadilla

Volvería a sentir esa humillación continua y seguiría manteniendo mi autocontrol para que mi sueño no se cumpliese.