Una Tomboy Secuestrada ✖️Kryber✖️ [Bloque 1]

14.- Yours Again ✖️

—Ya dije, no te importa, yo sé con quién acostarme, no eres mi mamá –se levantó de la mesa . —Tú lo dijiste, sólo soy tu "puta" esto último lo susurró  en mi oído. ¡Diablos! Si no hubiera dicho aquello puede que ser que todavía ella me estuviera creyendo. Krystal salió de la cocina, después oí el sonido de la puerta abrirse. —Por cierto...no me esperes despierta... –

—¿Qué? –eso sí que no se lo permitía. Ella cerró la puerta.

💜✖️💜✖️💜

Hoy es viernes por la tarde y no había rastros de la Jung por ningún lado, me serví otro vaso de vodka, con éste ya era el cuarto. Días enteros sin saber de ella, dejándome en el completo olvido, desapareciendo cómo si todo esto no tuviera algún valor.

Tan encerrada, tan hambrienta de más m tan sola...

—Estúpida –y me empiné el vaso de alcohol, la sensación de ardor en mi garganta ya había desaparecido.

Ayer me había acabado toda una botella de tequila, de hecho si no paro voy a terminarme las botellas de alcohol del escondite de Kry pero ¿eso importa ahora?.

Me serví otro vaso, caminé y miré una fotografía de ella colgada en la pared.

—Ya dejé de importarte, verdad? –pregunté risueña hacia la fotografía. —¿Por qué me dejaste?, ¿Por qué te llamé puta?, ¿Éste es tu castigo? –volví a empinarme el vaso. —¿Cómo voy a amarte si me haces esto? –grité —¡¿Cómo?!–comencé a soltar lágrimas. —Tu tienes que volver a casa– me estampé contra la pared. —Vuelve a casa – solté amarga. Nunca había bebido tanto en mi vida como hasta ahora. —Prometo amarte... te necesito, no me gusta estar sola –negué con lágrimas. —Ya entendí, ya no me castigues más, sólo vuelve a casa conmigo –dejé caer mi cuerpo al suelo y cerré mis ojos. Tan patética me veo, tan patética me siento.

Vuelve por favor, no me dejes...

💜✖️💜✖️💜

...Amber...
...Amber...
...Amber...

Ésa voz la oía muy lejana, lentamente y con pesadez abrí mis ojos, todo estaba completamente obscuro.

—Amber, despierta –ésa voz me animó a abrir los ojos por completo.

—¿Kry? ¿Eres tú? –pregunté de forma atropellada.

—Si, soy yo...–

–¡Kry! ¡Qué bueno que regresaste a casa! –dije feliz. Tantos días habían pasado y yo sólo esperaba éste momento.

—Te traje despensa, está todo en la cocina –la luz fue prendida. —Vaya, hiciste mucho desastre...–

—Lo siento –tallé mis ojos mientras trataba de levantarme del suelo. —Te extrañé mucho –como pude la abracé, pero pronto noté algo que no fue muy agradable.

—Amber, apestas a alcohol –se separó bruscamente de mi.

—Y tú hueles a loción de hombre –espeté. —¿Dónde estuviste? –me puse a la defensiva.

—Qué te importa –dijo simple mientras acomodaba la despensa en la alacena.

—Dime, ¿Dónde y con quién estuviste? –solté desconfiada.