1; letargo

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El oleaje produjo una suave melodía que cantó en sus oídos e inundó de fragancia sus fosas nasales. Aquella sensación aterciopelada siempre le produjo curiosidad y jovialidad, sintiéndose el niño de cinco años que apenas veinte años era. Desde un inicio amar el mar fue tan natural y propio que jamás se lo planteó, esta idea se estableció aún más fuerte tras ver el brillo juguetón de Akagami cuando narraba y fantaseaba por sus grandes y pasmosas aventuras que vivió junto a su tripulación, su familia.

《¿Familia...?》,meditó en lo más profundo de su mente.

Nunca tuvo un prototipo de familia adecuado, empero, no fue algo de lo que se quejó. Al fin y al cabo los ama tal y como son; Dadan y sus abusivos métodos de enseñanza, Droga que al menos demostraba un mínimo de preocupación por los morenos, el perro albino de nombre Pochi, y el resto de bandidos de la montaña que formaban la excelentísima Familia Dadan. Tanto Ace y Luffy se criaron bien pesé a todo, tiempo después apareció Sabo y el cielo pareció iluminarse mil veces más, admite que jamás vio venir la tormenta.

Cabe decir que aquél suceso cambió al moreno mayor, cosa que eventualmente notó el menor. Ace fue sobreprotector en todo momento e incluso en ciertas situaciones se excedía, eso enternece aún al joven pirata que vive con el recuerdo precioso de aquél hermano caído.

—¡Luffy! —el grito fue directo y sin opción a disputa, no pareció poseer una actitud de disgusto así que supuso que el almuerzo ya estaba listo.

Sin más por lo que pensar saltó a la proa dejando atrás aquel lugar que había nombrado como su asiento.

—¡Comida! —exclamó animosamente mientras entraba en la cocina desprendiendo luz y alegría.

El olor era embriagador, recorrió por todo su interior aquel cosquilleo proveniente del aroma salado a pescado que parecía volar a través de ellos. Se sentó y con ansias esperó lo mejor posible por su plato, cuándo llegó su positividad pareció desbordarse por todo su cuerpo.

—¡Gracias Sanji!

El de cabellera rubio no contestó, se limitó entregar el resto de platos y condimentos que aún quedaban, sin embargo la sonrisa que se plantó en su rostro fue percatada por algunos.
La comida no tardó en desaparecer entre el bullicio que ocasionaban las risas acaloradas y los comentario de aquí para allá que mantenían la conversación activa.

—¿Cuánto queda por llegar a la siguiente isla, Nami? —preguntó el sombrero de paja.

La muchacha lo meditó por un momento antes de mirarle completamente y contestar.

—Probablemente lleguemos dentro de unas horas, pero no estoy segura, el log pose está como loco.

El joven capitán ni se preocupó en contestar mientras agarraba el brazo de su segundo a bordo y lo agitaba.

—¡Bien!¡Tenemos que prepararnos! —bramó.

El peliverde asintió mientras una suave sonrisa se dibujaba en su rostro moreno. La vivacidad con la que el moreno podría fardar era probablemente la cosa más contagiosa que el joven espadachín había encontrado; más adictivo que el propio sake.

—Tómalo con calma, capitán —expresó con un tono taimado, cosa que al menor no le importó demasiado. Se cuestionó por un momento si el joven se había percatado del tono pícaro que había utilizado.

—¡Gotcha! —sin dar tregua, giró la cabeza y encaró a su cocinero—. ¡Sanji tienes que preparar una merienda!

El nombrado asintió y siguió con lo que estaba haciendo.

La tarde en aquél barco voló y rápidamente llegó el momento de desembarcar en esa isla desconocida para cada uno de ellos. Como es obvio, el moreno saltó totalmente entusiasmado sin si quiera preocuparse por lo que dejaba atrás, cabe decir que un peliverde algo desconcertado era arrastrado inevitablemente por su capitán.

El segundo al mando se vio así mismo siendo arrastrado por aquel hombre por el que daría mil y una vez su vida y mucho más. Sin ser muy consciente de ello, una sonrisa se estampó en su rostro e inevitablemente dejó que su cuerpo fuera arrastrado por el moreno.

Por otra parte, mientras los mugiwaras desprendían despreocupación, la inquietante ciudad a la que poco a poco se acercaban les seguía paso a paso y que pronto los rodearán sin lugar a retorno.

Tashoku ; Segunda Parte (CANCELADA).Where stories live. Discover now