Estamos juntos en esto

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El primer año en Seido puede ser bastante dificil pero para Kuramochi fue todo un infierno... del que al final tal vez no queria sali...

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Se dice que en Seido, el primer año era no solo duro, sino casi un completo infierno, pasaban de entrenar y jugar solo por las tardes a dos entrenamientos diarios de larga duración y de bastante carga de trabajo, en pocas palabras bienvenidos al alto rendimiento. Pero para Kuramochi Youichi el año estaba siendo mucho peor, su posición lo hacía trabajar con el demonio mismo que no dejaba de criticarlo y alentarlo para que se hiciera a un lado del camino. Además le costaba trabajo interactuar con sus nuevos compañeros gracias a que era un niño malo reformado e inconscientemente había dejado de confiar en las personas, gracias a cierto grupo de supuestos amigos que solo lo habían estado usando. Si, en definitiva Kuramochi vivía en el infierno pero su amor por el beisbol era mas grande además que deseaba probar que podía hacer las cosas de una manera diferente, que podía cumplir con sus metas sin causar tantos problemas.

Así pasaba los días Kuramochi, sentado un poco apartado del resto y extrañamente en silencio. Lo que él no sabía era que había alguien que lo observaba, que notaba sus comportamientos y que de algún modo lo entendía. Pero no solo lo notaba fuera de las clases también en el campo, podía ver porque estaba en Seido y porque se habían atrevido a ponerlo con alguien como Ryo-san. Porque podía hacerlo, porque era de algún modo rudo. Y como tal solo había una forma de acercarse a él...

-tu eres Kuramochi ¿no? –Mochi se giro al oír aquella voz, tal vez no convivía tanto pero justo de esa persona sabia lo suficiente como para saber que estaba en la categoría de demonio junto con Ryo-san

-demonios, ¿en serio? Ahora también él –examino el rostro del catcher prodigio y sintió ganas de golpearlo, no sabía por qué pero así era –sí, soy yo

-mmm note que eres rápido pero nada mas

-quieres problemas...

Si, Miyuki se acerco al campo corto de la única forma que se podía acercar: con rudeza.

...

A pesar de la situación y de en serio querer golpearlo casi todo el tiempo, algo entre los dos encajo. Cerca de Kazuya, Youichi dejaba de ser tan serio y actuaba mas como él, sin mencionar que estaban en el mismo salón y queriendo o no compartían mucho más tiempo juntos y se volvía una constancia que estuvieran todo el tiempo discutiendo pero para el resto de la clase estaba claro que esos dos eran amigos y se entendía. No tardo mucho en que se descubriera que también Kuramochi entraba en la categoría de demonio, lo que no se le ocurría a uno se le ocurría al otro.

Era cierto que ya no era el niño problema como siempre lo catalogaron pero seguía teniendo una naturaleza inquieta y traviesa que Miyuki sabia como detonar a la perfección. Todo mundo se pregunto donde había quedado el chico callado y un poco antisocial y todos coincidían que era culpa de Miyuki. Sumado a todo eso sus habilidades en el beisbol brillaban mucho más porque ya no se sentía incómodo.

Kuramochi no se dio cuenta cuando comenzó a pasar casi todo su tiempo con Miyuki, incluso cuando Kazuya tenía que cachar para alguno de los pitchers el los acompañaba y practicaba su bateo. Por más que lo pensaba seguía creyendo que lo odiaba y que el único motivo para seguirlo era porque más valía tener a sus enemigos cerca y que no pensaba quedarse en el segundo equipo, no pretendía dejar que Miyuki lo dejara atrás, eso sería imperdonable.

...

La lesión de Christ-senpai tomo a todos por sorpresa. Youichi noto como el rostro de Miyuki mostraba una expresión que no terminaba de entender pero que le provoco un pinchazo en el pecho que le gusto mucho menos. Con aquel suceso todos sabían que algunas cosas cambiarían y que como todos lo pronosticaban Miyuki tomaría la vacante...

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