Mentiras ||KouBaru||

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***

-Subaru~ -Oía una voz a lo lejos, abrí con cuidado mis ojos, estaba todo muy brillante, veía todo en blanco.

-Oh~ Despertaste? -Me pregunto una voz conocida, demasiado.

-K-kou? -logré articular al verlo en frente mio.

-Subaru! -Dijo feliz y me abrazo, estaba en shock. Me había muerto? lagrimas comenzaron a salir de mis ojos como cascadas- S-subaru.. N-no llores.. -Le oí decir con voz algo quebrada.

-Kou.. -Dije aferrándome a el, uniendo mi cara en su hombro.

-Hey! N-no llores.. -Dijo secando mis lagrimas, yo solo lo deje mientras lo analizaba con la vista.

-P-porque..? -Murmuré mirándolo con la voz quebrada.

-Ah? -Me miró sin entender.

-P-porque lo hiciste? -Le dije entre sollozos tomándolo por los hombros. Sus ojos se apagaron y desvió la mirada.

  -No lo entenderías.. -Murmuró.

-Entender que?! Dime!! -Exploté, simplemente no lo soporte mas.

-Ya paso tu tiempo Subaru.. Me hubiera gustado que lo aprovecharas de otra manera..-Dijo dolido, yo solo lo mire sin entender, ¿Paso mi tiempo?

De repente solo empezó a desvanecerse, ahí lo entendí todo. 

-N-no me olvides si? -Dijo con una sonrisa entre lagrimas, trate de abrazarlo, aferrarme a el pero ya no estaba.. Era solo yo.

Yo y un completo vacío.

***

Desperté de golpe llorando desconsoladamente, estaba en lo que parecía ser mi cuarto.

Solo había sido una pesadilla?

Abrace la almohada fuertemente, llorando, soltando todo. Odiaba esto, odiaba mi vida, quería volver con Kou, abrazarlo, decirle como sentía el haberle gritado, lo mucho que lo amaba.

Como pude me levanté y miré mi muñeca, estaba vendada, seguramente Reiji me había curado.

Tambaleándome me dirigí al baño y abrí la cajonera buscando la navaja; Estaba vacía, todo el puto cajón estaba vacío, solo había una nota. La tome y abrí lentamente.

Te desmayaste por falta de sangre cuando estaba contigo, llamé a Reiji para que te curará el brazo, fue muy idiota lo que hiciste hermanito.. De ti no lo esperaba.

En fin, decidimos que lo mejor sería sacar todo objeto filoso con el que pudieras dañarte, espero que nos entiendas.

Atte: Ayato.

Abollé la nota y la tiré con fuerza a la basura, levantando la vista y mirándome al espejo.

¿En que me había convertido?

Pasé horas así.. Buscando que estaba mal en mi,  encontrando miles de defectos.

-Vamos Subaru.. Estas flaco, ojeroso, con cicatrices por todos lados, ¿quién te querría?

Dijo mi cabeza... Pero, tenía razón.

 ¿Quien amaría a una mierda como yo?