Extra #2

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Dylan se recargó en su casillero claramente cansado, su frente se estrelló contra éste ocasionando un sonido metálico, y estaba transpirando hasta de lugares que no sabía que eran posibles.

A sus diecisiete años había decidido dejar de lado el ajedrez como actividad extracurricular por el lacrosse, apenas llevaba una semana de práctica y no sentía que mejorara en el deporte pero al menos Peter, su mejor amigo, le prometió apoyarlo aunque era difícil congeniar con los horarios ya que asistían a diferentes escuelas.

Palmearon su espalda repentinamente haciendo que soltara un quejido por el dolor, soltó un suspiro y miró sobre su hombro.

—Te ves como la mierda—Soltó James haciendo mueca de asco y limpiando su mano -ahora con sudor de O'Brien- con la tela de su pantalón. 

—Me siento como la mierda—Gruñó—, por alguna razón todos intentan derribarme.

James bufó con gracia —Tal vez sea porque coqueteas con cada chica de la escuela y les causas problemas en sus relaciones, pero tienes razón, tal vez sea un misterio—Se encogió de hombros y Dylan le golpeó en el brazo juguetón.

—A todo esto, ¿Qué haces en el pasillo después de práctica?

—Olvidé la ropa limpia—O'Brien sacó de su casillero su mochila con el cambio—, ¿A menos que quieras que me quede así todo el día?—Extendió sus brazos dándole un mejor vistazo de su rostro colorado, cabello despeinado y uniforme sudado con el número 24—Creo que es algo sexy. 

—Sí, creo que es algo asqueroso—Hizo una mueca y lo siguiente fue intentar alejar la masa muscular que estaba intentando darle un abrazo —No puedes abrazarme hasta bañarte, ¡Aléjate! 

Dylan soltó una carcajada y se alejó de su mejor amigo —Es sólo un poco de sudor.

—Esta camisa es nueva, no dejaré que la arruines.

James siguió hablando, contándole a Dylan cómo la había conseguido y dónde, estaba tan animado en su anécdota que no se había percatado que su mejor amigo ya no estaba con él, o más bien su mente estaba en otro lado.

Sus ojos habían divisado a una chica que había entrado por la puerta principal; su cabello castaño corto hasta los hombros, unos grandes ojos demandantes de atención y algo inquietos sobre cada rincón del lugar. Parecía perdida. Y como no, él tenía divisada a cada chica del instituto y a ella sin duda no la conocía.

—¿Me estás escuchando, mal amigo?

Dylan ni siquiera le dirigió la mirada, simplemente le golpeó en el pecho con el dorso de la mano sin despegar sus ojos de la chica nueva.

—¿Quién es ella?

James miró en su dirección—No lo sé, nunca la había visto.

—¿Crees que deba ir a hablarle?—Dio un paso hacia el frente pero la mano de su amigo de lo impidió—¿Qué?

—¿Acaso quieres asustarla con tu aspecto? Mírate, pareces indigente por no mencionar que tu olor está para destrozar el sentido del olfato —Arrugó la nariz.

—De qué hablas, me veo bien—Peinó su cabello hacia atrás con una mano—, además, debe haber alguien que le dé la bienvenida—Le guiñó un ojo a James y prosiguió su camino esta vez sin ser detenido.

Detuvo sus pasos detrás de la castaña, la cual estaba entretenida mirando los anuncios de la pizarra.

—¿Estás perdida?—La chica saltó en su lugar y tardó varios segundos en dar la media vuelta.

El primer pensamiento que apareció en la mente de Dylan fue que de cerca la chica se veía mucho más bonita.

—No en realidad.

The player {Dylan O'Brien}Where stories live. Discover now