CAPÍTULO 14

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Los odiaba, eran tal para cual,  Harry y su novia... no sé como pueden existir personas tan odiosas como ellos, que creen que solo por tener dinero tienen el poder para humillar a otros. Caminé lo más rápido posible sin mirar atrás, nisiquiera tuve el valor para saludarlos por educación. Llegué a la oficina y me preparé un café antes de entrar,  puse mi bolso encima del escritorio, no pasaron ni cuatro segundos cuando la puerta se abrió o mejor dicho la abrieron...

-¿No puedes tocar antes de entrar?.- Le miré enojada.

- Es mi oficina ¿Recuerdas?.- Dijo mientras entraba él y  después su novia. Mi corazón comenzaba a  alterarse, pero del enojo. Dí un sorbo a la taza de café que tenía en mis manos, para tratar de disimular el enojo que tenía.

- Exacto, es su oficina.- Ella se sentó en el sillón con los  brazos cruzados. - Es increíble como los empleados de ahora se creen dignos de apoderarse de la empresa ajena.- Me miró indignada, pero funci el ceño ante esta situación tan incómoda.

-Me disculpa, señora, no conozco ni su nombre para que se meta conmigo, primeramente hice un acuerdo con Harry que sería jefa por un tiempo, si el no le dijo... es una lástima, se nota la confianza que tiene con su pareja. Segundo, ya creo que he aguantado demasiado de usted sin nisiquiera conocerla, he visto a tantas chicas pasar por esta oficina y es increíble que una que apenas he visto una semana... quiera mandarme a mí que he estado por años en esta empresa, así que le pido respeto... porque se lo he dado y no es mejor que yo por mucho dinero que tenga, para que tenga el descaro de tratarme así.- Harry no decía nada, solo veía la situación y era lo que más me enojaba, que se quedase callado.

- Deberás acostumbrarte y respetar, porque pronto cuando Harry y yo nos casemos, seré tambien jefa de esta empresa y tu seguirás siendo una mugrosa empleada o ¿ acaso crees que serías la manos derecha de Harry?, no sería tonto el para poner a alguien tan mugrosa como tú.-Sonrió.

- Pobre empresa, quedará en manos de alguien que apenas puede manejar su vida, que gasta mas en cirujías que en aprender,  que gasta mas en ropa y en maquillaje  que en un libro, que en su cerebro tiene solo químico de tanto peróxido que ha utilizado, pero sigue hueco,  claramente el dinero no da educación, la educación se enseña en casa y según como tratas a todos... tu educación ha fallado concretamente, asi que prefiero ser una mugrosa empleada más como dices, a tener que ser tan básica, tan común como tú, porque te apuesto que sin Harry no serías nadie y sin tus padres menos, simplemente una chica de papi y mami, un parásito más en este mundo... que apenas sabe sumar, que apenas sabe pensar por sí sola.... prefiero ser todo lo que me dices y todo lo que piensas de mí, a tener que ser tú. Que ser tú eso si sería ser nadie, no tengo que ir detrás de un hombre con dinero para levartar mi propio imperio, ya que yo sola puedo hacerlo y créeme, si me fuese ahora mismo lo haría.

Se levantó enojada y caminó hacia mí. Harry la agarró pero se safó de su agarre.

-No busques que te despida... porque ganas no me faltan, así que me vas respetando porque las cosas se pondrán muy feas si no lo haces, porque aquí mando yo... ¡no Tú!.- Me empujó con un dedo, y me tambalié sentadome en el escritorio. Me levanté ya enojada y no pensé las cosas, hice todo a lo Ailaan, osea a lo bruto.

-Que sea la última vez que pongas un dedo tuyo cochino encima mío, porque no responderé... Y es más quedate con tu Harry y con tu empresa, que cuando las cosas se pongan difíciles quiero ver como las levantas...- Dicho eso le tiré encima el café, Harry soprendido no sabía como reaccionar y la cara de ella cambió de color de lo enojada que estaba, pero lo único que hice fue agarrar mi bolso y salir de allí. Si... Ailaan salió victoriosa esta vez.

Al llegar a casa no contuve las lágrimas, es increíble como una persona puede humillarte de tal manera sin ningún tipo de remordimiento, detesto con mi alma a las personas que se creen mas que otros, los detesto tanto que Harry y su novia tuvieron tanta suerte de que no los golpeara... Acostada en el sillón con mi pote de helado  me pongo a pensar que puedo hacer con mi vida, ya que está 100% calculado de que estoy despedida, debo encontrar otro trabajo, pero se me ocurre una brillante idea... ¿Porqué no puedo ser mi propia jefa?, si pude manejar una compañía tan grande, puedo comenzar con la mía; me habia ido  por un momento de este mundo en mis pensamientos, mi cara de felicidad al imaginarme con mi propia empresa cambió cuando escucho el timbre sonar, alguien tocaba desesperadamente la puerta, anoten eso a la lista de cosas que odio.

¿MI JEFE ME INTIMIDA? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora