Un nuevo villano

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Todos los alumnos con el cuerpo entumecido por todo el tiempo en una misma postura salieron del sitio aliviados de que al fin se hubiese acabado esa tortura

-Hey! que les parece si Adrien y yo vamos por unos helados para refrescarnos antes de volver a casa- sugirió Nino 

-Parece que en verdad estas feliz de que hayamos salido de ese lugar- contestó el modelo mientras miraba a las chicas esperando su respuesta, lo que hizo que la tímida chica de grandes ojos se pusiera sumamente nerviosa.

-Que gran idea!!- Dijo la morena mirando a su amiga

-Si...es una gran...digo...que tal si...es decir...bueno- balbuceaba la peliazul tan solo sonriendo con cara ardiente.

Con ello ambos amigos se dirigían a comprar unos helados para el grupo mientras que Alya se tomaba la cabeza esforzandose para no arrancarse el cabello.

-¿Qué crees que haces?, hoy has tenido cientos de oportunidades y te paralizas, yo no se como no explotaste la vez que fue a tu cuarto para que practicaran videojuegos.

-Alya tú sabes que no puedo, quiero hablarle pero agggg.... tienes razón no mas escusas, no me puedo conformar con ver su espalda por siempre debo hacer algo- se decía con los puños en el pecho totalmente convencida, proponiéndose una nueva meta.

-Ten, supuse que te gustaría el de fresa- la miraba extendiendo el cono hacía ella Adrein

-Grr...gracias, ess.. mi sabor favorito- Logró afín decir al parecer con gran esfuerzo, mientras Nino y su amiga se miraban con una sonrisa cómplice, mientras el rubio por su cabeza por un segundo pensó que tierna se veía la chica de ojos celestes, pocas veces hablaba con naturalidad frente a él y era algo que el disfrutaba, ser un chico normal con buenos amigos, no había cosa que lo alegrara más que la idea de que Marinette lo tratase como uno mas.

Los cuatro ya estaban terminando su helado mientras la maestra los reunía a todos para decirles que para la próxima semana tenían que presentar un ensayo sobre la feria con su compañero de equipo.

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Luego de la fallida presentación se encontraba un científico con sus sueños acabados, en su oficina veía sus apuntes, los cálculos en una gran pizarra, prototipos de maquinas para generar pequeños agujeros negros y unos cuantos mas que ni si quiera el sabía con certeza para que podían servir. En un ataque de ira por lo ocurrido, toma los apuntes que traía en su mano rompiéndolos por la mitad, con el mismo impulso se abalanzó sobre los prototipos deslizando sus brazos con fuerza y agresividad por sobre la superficie de la mesa, haciendo que estos cayeran al suelo quedando destruidos, así con su pizarra y su laptop, la cual no solo contenía años de investigación, sus bitácoras y presentaciones, contenía un sueño el cual se había ido en tan solo un ataque de ira, producido por unos mocosos los cuales no sabían nada y compañeros que no sabían comprender mas haya de lo que ya otros habían descubierto, eran tan solo un grupo de novatos sedientos de conocimiento, él era un verdadero científico

En una habitación oscura cubierta tan solo por el aleteo de delicadas y blancas criaturas que volaban al son de la melodía del planeta, comienza a abrirse una ventana, en donde al medio de su haz de luz se encuentra de pie una silueta de un hombre con una mascara y un bastón en su mano.

-Al parecer los agujeros negros también están dentro de los corazones de las personas, esperemos que este no se cierre tan fácilmente- retumbaban sus palabras en la habitación mientras una frágil mariposa se posaba en la palma de su mano tiñéndose de un morado oscuro -¡Vé mi pequeña akuma, absorbe su corazón!- Dicho esto la pequeña voló por París buscando a su victima la cual no fue muy dificil de encontrar, se encontraba en el suelo con la cara ente las rodillas y los brazos cruzados sobre ellas, mientras en una mano sostenía la foto antes mencionada que al parecer era él y su abuelo, la cual agilmete fue poseída por el akuma, acto con el cual una voz desconocida pero sin alarmarle comenzó a hablar dentro de su cabeza.

En tus garras - Miraculous LadybugWhere stories live. Discover now