Capítulo 4: Un demonio chupa sangre

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Lo había visto mordiendo el cuello de Louisa y ahora me perseguía por el pasillo oscuro.

Estaba en mi habitación cuando escuché el grito de una mujer, aunque estaba aterrada, la curiosidad me empujó a investigar. Así fue como acabé viendo a Lucian y Louisa en el cuarto de servicio, el pelinegro se alimentaba de su sangre.

Temo por mi vida, temo por mi humanidad, temo por mí.

<<¡El abuelo te casó con un jodido vampiro! ¡vas a morir!>> me repetía mi conciencia.

Entré a mi habitación y cerré la puerta con pestillo aún sabíendo que era inútil ya que él es un demonio y seguramente el pestillo no sería un impedimento para llegar a mí. Estoy segura de que él hará estallar la puerta, entonces estaré acabada.

Necesito varios segundos o inclusive un milagro que me salve.

Corrí hacia el baúl, abriendolo con ayuda de la llave, rápidamente saqué la botella de absenta y me empiné de ella después de haberla destapado.

El sabor amargo me invadió mientras  el líquido se deslizaba por mi garganta, cosquilleando.

Los pasos de Lucian resonaron con fuerza, más cerca.

<<¡Ahí viene!>> alarmó mi conciencia.

Como pude logré guardar la botella en el baúl, cerrando con llave y escondiendo la dichosa llave en el bolsillo oculto de mi vestido.

Que las divinidades me amparen y alejen a ese demonio chupa sangre de mí. Me rehúso a morir tan joven, aún hay demasiadas cosas que quiero hacer.

¡Que el hada de la absenta me proteja!

La puerta voló a un lado, Lucian no tardó en entrar a la habitación caminando con paso decidido hacia mí.

—¡No se me acerque! —grité, retrocediendo instintivamente hasta que mi espalda impactó contra una de las paredes.

Ya no tengo escapatoria, voy a morir aquí mismo, lejos de mi familia.

—¡Por favor! ¡por favor! —supliqué en medio de sollozos desesperados. Él decidió ignorar mis súplicas.

Y a una velocidad increíble se acercó a mí, apartando mi cabello hacia un lado, dejando mi cuello a su disposición.

—¡No lo haga! —grité, golpeando su pecho en repetidas ocasiones.

Él parecía no inmutarse ni titubear.

—Ahora que todo está aclarado, no tiene sentido que siga conteniendo esta salvaje necesidad de su sangre —susurró sobre mi cuello mientras apegaba su frío cuerpo al mío.

Sentí su aliento en mi cuello y sus monstruosos colmillos rozando la piel de esa zona, ocasionando que esta se erizara.

—¡No! —lloriqueé.

Un dolor infernal me invadió, clavé mis uñas en su hombro justamente cuando  sentí sus colmillos perforando mi piel, grité de dolor, dolor que duró poco puesto a que Lucian se separó.

Escupió mi sangre, su piel empezó a tornarse grisácea, marcada con venas negras. Su cabello pasó de un negro azabache a gris opaco y su boca se ennegreció, parecía quemarse, como si hubiera probado alguna especie de ácido bastante potente.

—¡Perra! —gritó en medio de una terrible tos que lo asfixiaba. Cayó de rodillas al suelo, retorciéndose de dolor mientras lanzaba gritos desgarradores.

Tomé una de las sillas de madera y le partí una de las patas al estrellarla contra la pared, creando una estaca improvisada.

Agradezco al padre Nicolai por haberme obligado a leer Drácula de Bram Stoker.

—Usted es un demonio, por lo tanto debe morir —siseé acercándome a él con la estaca en mano. Me subí a horcajadas sobre él y  la posicioné justo en el sitio indicado.

—Dulces sueños, demonio asqueroso — murmuré tomando impulso para clavarle la estaca con fuerza.

Me miró fijamente y una media sonrisa se dibujó en sus labios gravemente lastimados.

—Es usted muy hermosa —halagó sin dejar de verme a los ojos— ¡Adelante! ¡máteme! —incitó riendo.

Había algo en sus ojos que me decía, no era malo, que a pesar de ser un demonio chupa sangre, tenía sentimientos al igual que cualquier humano y que guardaba un secreto oscuro.

Poco a poco fuí perdiendo la determinación y con ella también la fuerza de voluntad.

Titubeaba si hacerlo o no cuando sentí un fuerte golpe en la cabeza, el cual me desorientó, hizo que mi vista se tornara borrosa y luego, finalmente todo se puso negro.

Mi fin había llegado.

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EVIE'S POV...

Desperté con un terrible dolor de cabeza, atada de manos en una habitación fría y vacía.

Escuché el chirrido de la puerta al fondo y luego vi una figura masculina avanzar hacia mí.

- ¿Como se siente? - reconocí esa voz de inmediato, era Lucian

- ¿Que hago aquí? - pregunté débilmente

-Estará aquí hasta que su sangre se purifique y pueda beber de usted hasta saciar mi sed.

-Déjeme ir y le prometo que no le diré nada a nadie

Al parecer mi súplica le causó mucha gracia debido a que soltó una carcajada que resonó en toda la habitación.

-Usted es mi esposa y este es su hogar, disfrútelo hasta que llegue su hora- dijo

- ¡Es usted un maldito! - grité encolerizada cuando lo vi caminar hacia la puerta

Volteó a verme y me sonrió sínicamente, luego se fue, dejándome completamente sola, sola y asustada.

Tengo el presentimiento de que mi vida pronto llegará a su fin.

Tarde o temprano Lucian va a matarme.

HOLAAA LINDURAS, HE AQUÍ EL TERCER CAPITULO, VOTEN Y COMENTEN SI LES GUSTÓ, AGRADEZCO DE TODO CORAZÓN A LOS QUE LEEN ESTA HISTORIA, LAS ADORO, BESITOS DESDE COLOMBIA :* :* :* :*  

La esposa del vampiro (EDITANDO)Where stories live. Discover now