Mick Jagger: Blue Eyes Meets Green Eyes

Blue Eyes

Era una tarde de jueves y Mick pasaba el rato afuera de la farmacia, decidió pasar por ahí  después de hacer un examen de admisión en la escuela de contaduría.

Exhaló el humo y tiró el cigarro dentro de su refresco al recibir una mirada de desaprobación de una anciana.

—Como si usted no hubiese fumado antes.

La anciana se apresuró a entrar al establecimiento con expresión molesta.

Mick aventó la lata de refresco al bote de basura que estaba al lado de las puertas.

Se levantó de la banqueta y se colgó su mochila al hombro, se subió en su bicicleta y se fue del lugar. Lo esperaban en otra parte.

Mick al recorrer las calles y acercarse al vecindario en el que creció, sintió nostalgia al pensar que estaría lejos de ahí por un tiempo. Aunque sabía que la mejor decisión era partir, pasaría tarde o temprano.

No quería seguir viviendo en ese pueblo aburrido y sin muchas oportunidades para él y sus planes.

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EN LA CASA JAGGER

Mick, su madre Carol, y su padre Mac estaban sentados en la mesa, era hora de cenar y nadie tenía permitido comer en cuartos separados.

Mac no podía estar en su despacho "cueva de hombre primitivo" como a su hijo le gustaba llamarle, y Mick en la comodidad de su cuarto tocando la guitarra.

Gracias a esa regla compartían tiempo familiar, Carol pensaba que sólo así podían estar juntos, ya que la relación de Mac y Mick no era tan buena.

No empezarían a pelear por estar concentrados en disfrutar la comida que ella les había preparado con cariño.

Carol esperaba que con cada cena que fuera tranquila y normal como la de una familia convencional, ellos se acostumbrarían a la compañía del otro y notarían que es posible estar juntos sin gritarse y enojarse.

Según ella era una técnica buena, si uno no quisiese contestar una pregunta, podría señalar que tiene la boca llena y esa sería la excusa perfecta, el otro entendería la razón de la pausa en ese tema de conversación, se quedaría en silencio porque preferiría no hablar y escupir lo que mastica, la otra persona pensaría que lo hace
por educación.

Carol esperaba que de esa forma interpretarán el silencio incómodo, muy a menudo una plática amena terminaba en una discusión.

Ambos eran diferentes, polos opuestos que chocaban constantemente y no permitían que la casa estuviese en paz como debería.

Ella lo intentaba todo, veía programas y leía miles de revistas (supuestamente con "tips" buenísimos y efectivos) y a veces  hasta libros que encontraba súper baratos de segunda mano en el mercado.

Aunque eso sí, confiaba plenamente en los psicólogos que salían en su programa favorito de salud con el Dr. "Guapetón" Blunstone.

No se lo perdía y anotaba medicinas que quizás nunca necesitarían. De ahí sacó y decidió aplicar esos consejos, no podía perder ninguna oportunidad para que cenarán juntos y así intentar fortalecer los lazos familiares.

A Mick no le sorprendería encontrar en el cuarto de su madre un libro de ayuda con el título "Guía para tontos: Consejos para mejorar la relación de su hijo con su padre" por estar tan frustrada.

Carol les sirvió ensalada mientras que Mac le hablaba a Mick sobre la escuela (su tema favorito para amargarle la existencia), mejor dicho, le deba un sermón de cómo ser un mejor estudiante, el que todos los demás debían de admirar.