CAPITULO 2

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—Jade, princesa —mire a Papi, parecía preocupado. No me gusta verlo preocupado —No está bien lo que hiciste hoy, tu Mami te dijo exactamente que no hablaras con desconocidos y fue justo lo que hiciste.

Me tomo entre sus brazos, para acariciar mi mejilla como suele hacerlo. Me gusta que acaricie mi mejilla, pero no me gusta que me regañe.

—Lo sé, Papi —bese su mejilla. Pues esto siempre lo pone de buen humor, tal como lo pensé. El sonrió —Pero la niña de ojos bonitos me saludo, y tú dices que es de muy mala educación no saludar a la gente cuando ellas te saludan —hable contando mis dedos. El rio por lo bajo —Y eso no lo hacen las niñas buenas, y yo soy una niña muy buena.

Papi miro hacia el suelo y luego suspiro, sin dejar esa sonrisa bonita que siempre tiene.

—Está bien —hablo con resignación. Supongo que se dio cuenta de que tengo la razón.

—¿Qué dices que te dijo aquella niña?— me sentó sobre la silla del tocador para luego empezar a peinar mi cabello —¿Te dijo algo malo?

Lo mire a través del cristal del espejo sintiéndome confusa. La niña de los ojos bonitos no me dijo nada malo, eso solo lo hacen las personas malas. Y la niña de los ojos bonitos no es mala.

—No Papi... Ella es muy bonita... Y tenía unos ojos del color de esta crayola —señale la linda crayola color azul con la que coloreo todos mis dibujos —Pero estaba masticando goma de mascar en la capilla.

Mi mirada se posó sobre mis manos. No pude descubrir el nombre de la niña de ojos bonitos. Y ella tampoco sabe el mío, eso fue un gran error.

—Bueno... Habrá tenido mucha hambre —Mi Papi hablo bajito, como cuando Leigh y yo hablamos mientras jugamos en la noche para que nadie nos descubra.

—¿Qué dijiste Papi?— pregunte confundida.

El negó con la cabeza mientras me sonreía sin dejar de peinar mi cabello en mis dos coletitas.

—No, nena... Solo pensé en voz alta.

****

—¿Dices que estaba masticando goma de mascar en la capilla? —mi amiga se notaba sorprendida. Pues su madre Deborah siempre nos habla sobre lo muy malo que es desobedecer las órdenes del Dios. Donde es imposible comer cualquier cosa dentro del ''Templo sagrado'' No sé muy bien que significa, solo no decimos nada en contra pues sabemos que solo quiere que seamos niñas buenas —Eso no lo hacen las niñas buenas —afirmo. Sonreí de medio lado pues me gusta que se haya atrevido a hacer tal cosa, yo jamás lo haría.

—Sí, sí lo hizo —acomode mi feo uniforme debajo de mi rodilla. Es bastante largo, de color marrón y verde. No me gusta mucho, pero mi Mami dice que así debe ser.

Mi Kinder me gusta mucho, Leigh siempre está conmigo y su Mama Deborah nos da muchas clases de religió donde aprendemos más sobre nuestro creador. O al menos así lo llama la señora Thronhill.

—No dudo que sea una niña muy rebelde —recalco mientras comía una más de sus papitas. Tome un sorbo del jugo natural que mi Mami había preparado. Fruncí el ceño.

—¿Rebelde? —Pregunte viendo como ella empezaba a jugar con la roja y grande manzana —Oye ¡Ya basta!

Mi Mami siempre me dice que Dios castiga a quienes juegan con la comida. No quiero que castiguen a Leigh-Anne, ella es mi mejor amiga.

—Está bien —rio por lo bajo —¿Recuerdas lo que dijo Mama en una de nuestras clases? Sobre los niños rebeldes... Eso los hacen niños malos.

Mordí el interior de mi mejilla pensando en aquello. Es cierto, supongo.

—Los niños malos son feos —asegure —Ella no era fea... Es mas era muy bonita, y tenía los ojos más lindos que he visto alguna vez —la recordé tal y como se presentó. Rápido pero hermoso.

Mi mirada encontró la de Leigh más extraña que de costumbre, me miraba con confusión y a la vez con diversión.

—Enserio es tan bonita —dijo por lo bajo —¿Más bonita que Marilyn Monroe? —pues mi amiga es la mayor fan de Marilyn Monroe. Supongo que para mí es la más bonita del universo.

—Eso creo —otro sorbo de jugo entro a mi boca, mi lonchera estaba vacía. No porque yo me haya comido todo, pues mi compañero Ashton nunca trae nada en su lonchera verde... Creo que a su Mami se le olvida poner la comida dentro. Así que el casi siempre come lo que hay dentro de la mía.

No me importa, de hecho me alegra hacerlo.

—Bueno tendré que verla yo misma para asegurarme —me dijo riendo.

—Quisiera que a vieras —suspire. Jamás había visto una niña como ella.

El timbre sonó haciéndonos sobresaltar del golpe. Reímos para luego empezar a caminar por el jardín dirección a nuestra aula de clases.

Nuestro Kinder es lindo, supongo. Aunque tampoco me gustan mucho las figuras que adornan los pasillos, no me gusta ver a la Virgen María toda la mañana con esa expresión que me causa temor. Pero tampoco me gusta cuando los niños grandes nos molestan.

Este es un muy grande Kinder. Aunque mi Mami me dice que también es un colegio y mi Papi dice que también hay mucha gente mala en el mundo, supongo que tienen que haber niños malvados en mi Kinder, de otro modo... Mi Papi estaría mintiendo, y mi Papi nunca miente.

****

—No tengo sueño— cruce mis brazos mientras hacia un puchero, mi Mami rio.

—Debes dormir —imito mi acción mientras pellizcaba delicadamente mi nariz —¿Cepillaste tus dientes?

Asentí mientras jugaba con el borde de mi linda colcha de Barnie. Me gusta el color rosa, pero no Barnie... Mi Mami dice que a las niñas de mi edad les gusta mucho Barinie, así que creo que a mí me debería gustar también.

—Pero... —trate de replicar. El ceño de mi Mami se endureció y volvió esa expresión que no me gusta para nada, bufe —Bien —dije rendida, ella sonrió.

—Buena niña —sonreí, me gusta ver a mi Mami sonreír.

Un beso fue a parar a mi frente, un pellizco en mi mejilla y mi Mami desapareció al cruzar la puerta, no sin antes apagar lo que sería mi única esperanza de vida. Me asusta la oscuridad, pero me consuela tener a mi lado mi pequeña lamparita de Dora la exploradora, ella tampoco me gusta porque siempre anda en la calle. Mi Mami dice que las niñas buenas solo salen a la calle con sus papis, ella no... Solo tiene consigo una mochila parlante y un mono bastante feo.

Un ruido me hizo sobresaltar, venia de la ventana. Podía sentir mis manitos temblando, no me gusta estar sola aquí. Así que recordé lo que me dijo el Padre Swan anteriormente ''Dios siempre estará contigo'' Por lo que se él está en todos lados. Debe ser una persona muy ocupada.

Decidí tomar valor, mi biblia habla sobre muchos hombres y mujeres valientes. No he encontrado las historias sobre niñas asustadas en la mitad de la noche, pero quiero ser la primera.

Camine hasta mi ventana donde el aspecto espeluznante me hizo reconsiderar correr de vuelta bajo mi colcha de Barnie. Ya era muy tarde para hacerlo, así que mis temblorosas manos se propusieron a abrir la gruesa ventana.

—Valla... —hice aún más esfuerzo esperando que esta cediera —Esta atorada...

—¡Hey! Angel...

Mi ceño se frunció en cuanto pude ver la pequeña figura de una niña apenas vestida por un vestido bastante desgastado color marrón. Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro al igual que en el mío, aplaudí pues eso hago siempre que me emociona algo.

¡La niña de los ojos bonitos ha vuelto!

DEAR GOD - Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora