02| Noviazgo

3.5K 213 16
                                    

Noviazgo. 

La mañana no podía ir de peor manera, mi despertador no había sonado, mis amigas destruyeron mi insignificante cocina y como olvidar al perro caniche de la vecina que me persiguió hasta el ascensor.

Hoy era un día en el que Ryan no puede llevarme, ya que él debe estar mucho antes para su reunión, por lo cual me encuentro en la parada esperando desde hace quince minutos algún autobús.

Una señora a mi lado usa su celular mejor que un adolescente, cada tantos minutos envía una nota de voz o toma una foto que luego decora con múltiples stickers.

El autobús frena pasos atrás del lugar en donde nos encontramos, por lo cual ambas nos levantamos y avanzamos hasta allí. Dejo pasar a la señora, quien decide tardar varios minutos en pasar su tarjeta para pagar el boleto.

-¿Puede apurar el tramite?-pregunta el conductor rodando los ojos.

La señora lo mira molesta y por fin pasa la tarjeta como toda una profesional dejándome por fin mi turno. Tardo menos de un minuto en pagar el boleto y encontrar un asiento junto a la ventana.

Una alegre canción suena por la radio, un niño está fingiendo tocar una guitarra mientras que un adolescente a su lado observa por la ventanilla con aburrimiento.

En menos de veinte minutos el autobús frena y yo bajo. Este me dejo a tres cuadras de la empresa, por lo cual empiezo a caminar con rapidez a pesar de tener tacones.

No soy fanática de usarlos, pero según la mamá de Ryan, para una empresa de tal prestigio hay que sacrificarse.

Una fuerte ventisca se hace presente logrando que mi pelo tome vida propia.

Minutos después logro llegar a la empresa captando la atención-y risas- de los presentes. Mi cabello antes prolijamente arreglado se encuentra desordenado y enredado.

Hago una mueca y camino hasta el elevador en el cual intento arreglar-sin éxito- la maraña de pelos que esta sobre mi cabeza y parte de mi cara. Para cuando quiero darme cuenta me encuentro en el piso correcto, caminando hasta la oficina de Ryan para avisarle de mi llegada.

Toco la puerta y luego de escuchar la orden de entrar, avanzo hasta él. Ryan levanta la vista y explota en carcajadas.

-Esas cosas solo te pasan a ti-exclama tratando de calmarse.

-No es tan malo-me defiendo-, hay muchas personas que no se ríen de mis desgracias, como por ejemplo, Theo.

Ryan sonríe arrogante mientras niega con la cabeza y le da pase a alguien que minutos antes toco la puerta.

Theo entra y su cara se pone roja al intentar sin éxito contener su risa. Ambos hermanos se carcajean mientras sus rostros permanecen rojos y con lágrimas cayendo por sus mejillas.

-Veremos quien les cocina cuando su refrigerador este vació-murmuro saliendo de la oficina.

El ascensor vuelve a abrir sus puertas dejando paso a Linds, que distraídamente observa su teléfono.

-No sabes el viento que hay allí afuera, vi a una idiota castaña con su pelo hecho una...

Mi amiga deja de hablar al verme.

-¿Me ayudaras?-cuestione y rápidamente Linds me empuja al baño para arreglar mi jungla castaña.

En pocos minutos mi cabello vuelve a ser decente. Salimos del baño y luego de una corta despedida Linds se marcha y yo vuelvo a mi puesto para leer los últimos archivos que Luz me entrego.

K. Baker.

L. Hudson.

M. Brown.

Dejo de leer los nombres de las últimas personas que hablaron con Ryan, ¿M. Brown?

¿Es mi imaginación o es la realidad?



Sentí como el tiempo se detenía, o tal vez fue mi imaginación, pero jamás iba a imaginar que Ryan estaría sonrojado y actuara tímido para hacerme esa pregunta.

-Quiten esa cara de pánico, Ayelen no te está pidiendo matrimonio-exclamo mi hermano divertido.

-Eh... ¿Sí?-dije, pero sono más a pregunta, no sabía cómo actuar, no podía negar que Ryan me gustaba, pero sentía que estaba traicionando a cierta persona...

Ryan retomo su color de piel y dejo de ser un fantasma, me sonrió tímido y nos quedamos mirando durante varios minutos.

Las cenas con nuestros amigos siempre se daban, y debo admitir que adore el detalle de pedirme ser su novia en presencia de todos, y con el consentimiento de mi hermano.

-Oh santo cielo-exclamo Bruno soltando a Brenda y acercándose a nosotros, nos tomó del cuello con fuerza-, bésense ya niños, no tienen cinco años.

Y sin más acerco nuestras cabezas a toda velocidad, pero claro, no sucedió como en las películas que nos fundimos en un delicado beso, sino que nuestras frentes chocaron fuertemente logrando que soltáramos una exclamación de dolor.

-Ups-dijo Bruno alejándose con una sonrisa burlona.

You, Remember Me? ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora