Parte Única.

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Besé sus labios antes de dormir a su lado y cerré mi ojos. Al despertar, él ya no estaba. Su lado de la cama estaba frío e intacto, ya no desprendía su olor. La habitación me parecía oscura y enorme, muy enorme para mi. Las peleas, los ruidos, todo se había detenido. Ya no se escuchaba nada. Él ya no estaba.

     Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta de la habitación, voltee mi mirada hasta la ventana donde me informaba que aún era de noche. Abrí lentamente la puerta y caminé a pasos lentos hasta las escaleras que me conducían al primer piso. Mis ojos vagaron por toda la amplia sala. ¿Porque todo era tan inmenso desde que Leo no está? ¿Porque Leo no está? Eran tantas Preguntas que estaban en mi cabeza pero no había alguien para responderlas.

     Ravi.

     Mi nombre de sus labios aun podía escuchar pero no era lo mismo. Era producto de mi imaginación y jamás será tan perfecto como al salir de su boca. Sus pequeñas risas de imprevisto también sonaban en mi cabeza. Leo no era alguien que estuviera riendo cada dos segundos, pero cuando tenia el placer de apreciarla; lo disfrutaba y lo recordaba siempre.

     Empecé a correr. ¿Porque corría? No tengo idea. Corrí con todas mis fuerzas de regreso a la habitación. En el camino, tenia una pequeña esperanza de que Leo estuviera en ella pero no fue así. Abrí la puerta y la cama estaba igual a como la dejé. Vacía. Sin Leo. Cerré la puerta tras de mi y me deslice pegando mi espalda a ella, me senté en el suelo con mis piernas dobladas y pegadas a mi pecho.

     ¿Por qué no estás? ¿Donde estás?

     ¿Me dejaste? ¿Ya no me amabas?

     ¿Por qué no respondes mis preguntas?

     Mis lágrimas se apoderaron de mi. No podía escuchar mi voz, pero si sentía mi corazón doler, sentía mis lágrimas caer pero mi voz no aparecía. Entré en pánico, golpeé el suelo con mis puños tantas veces que vi pequeñas marcas de sangre sobre mis nudillos, pero no me dolía. No sentía mas dolor que el de mi corazón abandonado.

     Me volví a quedar dormido. Al abrir mis ojos, Leo estaba ahí. Mis labios fueron ampliándose para mostrar una sonrisa, pero se detuvo cuando volví a pestañear y Leo ya no estaba. Mi mente me estaba traicionando, lo encontraba en cada parte de la habitación, en cada parte de la casa. Mi corazón decía que Leo no me había abandonado, mi cabeza se aprovechaba de eso para jugarme una mala broma.

     Los recuerdos de él están todos en mi cabeza y se reproducen como si de una película se tratase. Puedo recordar como me gustaba verlo dormir, como siempre colocaba sabanas blancas para que su suave y negro cabello se viera mucho mas perfecto sobre ellas. Como Leo se enojaba conmigo cuando intentaba hacerlo reír y aunque lo lograba, él terminaba golpeándome de todas maneras. Cuando lo besaba, sus labios carnosos mezclándose con los mios era lo mejor de mi vida. Sus pequeños jadeos que se perdían en mi boca, como sus manos se enredaban en mi cabello o acariciaban cada parte de cuerpo.

     Ravi.

     Otra vez podía escuchar mi nombre y las lágrimas seguían sin detenerse, recorrían mis mejillas. Dirigí mi mano a mi pecho, volviéndola puñado y golpeándolo varias veces.

     ¿Por qué debía ser esto tan doloroso para mi?

     ¿Por qué solo yo estoy sufriendo?

Nightmare [WonTaek]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora