Numero 4

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—¡No, mamá! — gritaba el rubio desde la ventana de un camión en movimiento. — ¡Mamá!

Veía a su madre perderse de vista, ¿Es que no lo querían? ¿A donde lo habían mandado?

Aferro su peluche a su pecho y se hecho a llorar, el camión venia vacío así que eso lo asustaba más, el rumbo se alejaba de la ciudad, en un rato el rubio cayo dormido abrazando sus piernas en la esquina del camión.

A pesar de que sus padres le dijeron que era por su bien no pudo evitar tener pesadillas.

Al frenar el camión se despertó de golpe pues cayo al suelo no si haberse estrellado con el asiento de enfrente.

¡Auch! ¡Eso dolió! —Chillo mientras se levantaba y tomaba el peluche de Plagg su amigo.

Este es el lugar. — Habló el chofer mientras se abrían las puertas del bus.

Adrien camino con cuidado de no caer y bajo seguido por el chofer que dejo su maleta al lado de el.

¿Eres el nuevo? — Hablo una señora que esperaba en la entrada del lugar. — Sigue me.

Era un edificio grande, blanco y desgastado con maleza y arboles alrededor.

Una razón más para asustarse.

Aferro el peluche a su pecho y siguió a la señora con su maleta.

Al entrar se encontró con una recepción donde solo había un guardia en la puerta y otra joven en el recibidor.

El es el nuevo. — Hablaron las damas por un momento en lo que Adrien miraba curioso, trato de alejarse a mirar mas pero la señora lo había jalado bruscamente del brazo provocando que soltara un quejido.

Al darse cuenta ya tenia una pulsera imposible de quitar en su mano izquierda.

¿Q-Que es esto? — Murmuro asustado.

Compartirás habitación con numero cuatro. — Ignoro su pregunta y camino por un largo pasillo. — Sigue me. — ordeno lo cual Adrien corrió rápidamente detrás de ella.

Otro loco más. — murmuro la de la recepción con asco al ver alejarse al niño quien había escuchado sus palabras.

El no estaba loco.

Las puertas del segundo piso estaban enumeradas, escuchaba ruidos diferentes salir de cada habitación, la señora se detuvo en la puerta con el #4 y miro a Adrien.

Esta es tu habitación, el te explicara el horario y todo lo que debes obedecer, ten en cuenta que aquí nosotros mandamos mocoso. — paso por un lado de el chocando y empujándolo, el rubio trago pesadamente mirando como la señora se alejaba.

Dirigió la mirada a la puerta y la observo por segundos, tal vez minutos.

Escuchaba tarareos salir de esta habitación, tomo aire y asustado toco un par de veces.

El tarareo se dejo de escuchar, pánico recorrió su cuerpo ¿y si era un monstruo?

La puerta se abrió dejando ver a un chico moreno con capucha roja.

¿Te perdiste? El salón de belleza esta doblando la esquina.

Y-Yo... Hola soy Adrien....Esta...es mi habitación ahora. — Hablo tímidamente.

Hola soy Dory. — se burlo el moreno que parecía ser un año mayor que el. — ¿Que tienes?

¿Que tengo? — Preguntó confundido.

Ya sabes... ¿Por que estas en este hermoso lugar? — preguntó con sarcasmo.

N-No lo se.

El moreno hizo un gesto y después suspiro para dejar pasar al rubio.

Soy Nino, tu cama sera la de abajo. — apunto a la litera.

Gracias — Sonrió.

No hagas eso, una de las reglas de aquí es no sonreír...— se sentó en el suelo y se llevo las manos a sus oídos como si llevara audífonos y comenzó a tararear. — Puedes dejar tus cosas y conocer a los demás si quieres...

M-Me encantaría. — se dirigió a la puerta pero la voz de Nino  lo detuvo.

Por cierto... No te recomiendo que vayas a la ultima habitación del pasillo. — Hablo seriamente para después cerrar los ojos y volver a lo suyo.

Vaya loco ” pensó Adrien.

Salio de la habitación y se dirigió a la puerta con el numero dos, de ella se escuchaban gritos.

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¡OTRO FIC MÁS!

¿Quieren yaoi de shotas? :v

Alv la ONU Papuhs


No estoy loco. [AdriNath]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora